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30 de mayo de 2010

Beso Robado

Después de 13 años, ella volvió a mi vida. No fue nada intencional, fue una entera casualidad. O tal vez no, las casualidades no existen y fue el hecho de que tuviéramos cosas en común lo que provocó que termináramos estudiando en el mismo lugar. Se miraba hermosa, todavía sentía ese mismo vuelco en el corazón al verla. Ella se portaba sumamente tierna conmigo, le expliqué que era por todos esos árboles que había decidido estudiar en ese sitio y no en otro. Ella me convenció de hacer un ejercicio al estilo new age. Yo me sentí algo avergonzado pero lo hice por ella, quería intentarlo por ella.


Al día siguiente ella se sentó a mi lado en clase. Yo no cabía en mí de la felicidad. Sentía verdadera dicha al estar a su lado, hablar con ella. Podíamos hablar durante mucho tiempo de cosas tan distintas, y aunque no necesariamente estábamos de acuerdo en todo, siempre disfrutaba de todas sus charlas. Yo no soy una persona que hable mucho, porque tengo la creencia de que hay pláticas que no vale la pena tenerse. Muchos temas son superficiales o inútiles, yo no soy el tipo de persona que tiene una conversación sólo por tenerla, por la incomodidad del silencio o para "socializar". No puedo, mas con ella todas esas conversaciones que teníamos no me parecían así.


Estoy seguro de que ella no es tan atractiva para muchos otros hombres por su delgadez. Su cuerpo es muy delgado, y sus formas no son marcadas, por así decirlo. Sin embargo, algo en su rostro siempre me pareció muy especial. Estoy seguro de que eso especial son sus ojos, grandes y expresivos. Siempre me ha gustado una mujer de ojos grandes. Y además, tenía una sonrisa hermosa. Sus dientes no son perfectos, pero su sonrisa era igual de expresiva que sus ojos, de esas que te causa alegría al verlas.


Sin embargo, ese día absurdo que parecía tan normal, en que estábamos juntos en un tiempo libre, como siempre, buscamos un lugar solitario para sentarnos. Ella se sentó primero, y luego yo. Me incliné de cierta forma (quizá adrede) al sentarme, que me hizo acercarme mucho a ella. No pude evitarlo, al sentir su cercanía la besé. Su labios estaban ligeramente húmedos, ligeramente fríos, y suaves como nunca lo imaginé. Ella se movió hacia atrás y yo la seguí, no podía dejar de besarle. Inmediatamente me arrepentí y me disculpé. Cerré los ojos para que desapareciera la realidad pero eso es imposible. Ella se molestó, creo, sentía tanta vergüenza que ni siquiera pude reconocer su reacción.


Más tarde la busqué para disculparme, pero decidí que lo mejor era esperar a que las cosas se calmaran. En el camino de regreso a casa vi algunas de sus flores favoritas. Me sentí completamente mal, no sé si malinterpreté las cosas.


Sin embargo, creo que esta historia puede tener un final feliz.


29 de mayo de 2010

Buena Muerte

Hace dos días murió el periodista guatemalteco Anibal Archila en la erupción que hizo el volcán de Pacaya. Murió haciendo la cobertura de la noticia. De alguna manera u otra todos los que conocimos su trabajo lo sentimos, y lo sentimos por la familia que dejó atrás. Sin embargo, debo decir que su muerte fue una buena muerte. No me estoy mofando ni celebro que haya muerto, no me malinterpreten. Me refiero a que considero que murió con honor, en cumplimiento de su deber. No sólo los soldados tienen reservada la muerte en el campo de batalla.


Es cierto, todos hubiésemos preferido que viviera. Una muerte honrosa no es menos trágica. Sin embargo, si debiese elegir entre morir cumpliendo con mi deber, entregando mi trabajo a otros, y morir por el disparo de un vulgar ladrón, es obvio lo que escogería. Entre morir haciendo algo por los demás y morir a causa de un accidente provocado por un alcohólico en su automóvil. Todas las muertes son trágicas, pero una muerte es más trágica cuando es en circunstancias inútiles. Todos moriremos, y no todos podemos hacerlo con cierto grado de gloria, porque además no todos tenemos ocupaciones tan sobresalientes o tan públicas. Sin embargo, la gloria también se puede encontrar en la forma en que vivimos, y no sólo en las circunstancias de nuestra muerte.


Algunos, quizá, encuentren la redención en la muerte. No podemos ignorar la posibilidad de haber tenido una vida deplorable y entregarla al final para salvar a un niño, a un compañero de trabajo, a un desconocido en una situación de emergencia como un incendio. Pero no debemos luchar por una gloria hipócrita, sino por una vida de bondad, respeto por los demás y honor en todo lo que hacemos, para alcanzar una muerte congruente. Nuestro compatriota Anibal Archila, me atrevo a decir, tuvo ambas. Y por eso merece nuestros homenajes.


27 de mayo de 2010

Coraline Jones


Una película, titulada Coraline y animada en stop motion, tiene una trama muy parecida a un cuento clásico. En ella, se narra la historia de Coraline, una chica en conflicto con sus padres que no le ponen mucha atención y están bastante concentrados en sus trabajos. Se mudan a un lugar extraño, que a ella no le gusta. Le aburre. Un vecino de aproximadamente su edad, que tampoco le agrada demasiado, le da una muñeca que él encuentra en su casa, muy parecida a ella. Descubre en su nueva casa una pequeña puerta como de medio metro de altura, tapiada y misteriosa. Una noche se acuesta a dormir y en medio de la noche descubre que esa puerta conduce a otra casa igual a la de ella, pero donde viven dos padres iguales a los de ella, con botones en lugar de ojos. Son todo lo que sus verdaderos padres no son, y le dan cosas que sus padres verdaderos no.


Hasta ahora, un cuento muy clásico. El niño infeliz que se encuentra en una situación mágica donde se satisfacen las necesidades que su vida corriente no. Entonces, comienza a salir la verdad, que las cosas buenas en la vida no son gratis, que esa supuesta felicidad tiene un precio alto. En este caso, su mamá "falsa" le pide que se quede para siempre con ella, que siempre será feliz, pero tiene que dejar a sus padres verdaderos y aceptar que le cosan botones en ojos también. Obviamente, no desea lo uno ni lo otro, y descubre los fantasmas de otros tres niños que cayeron en la trampa y sí aceptaron el trato. La mala, que es una bruja o una especie de monstruo en realidad, después de obtener lo que quería de los niños solamente les succionó la vida. Ella emprende una lucha para ayudarlos y recuperar a sus padres, que a estas alturas han sido secuestrados por la bruja.


La bruja debe morir, es obvio. Y me encanta que la bruja muere, y no queda duda que no volverá. Es una bonita historia acerca de valorar lo que se tiene y aprender a aceptar a las personas como son. Coraline tiene ciertos vecinos algo "excéntricos" a quienes aprende a aceptar tal y como son y convivir con ellos. Como siempre, lo que te ahorra muchos problemas y mucha amargura es tu actitud.



Una película muy recomendable, buena para los hijos,una bonita experiencia respecto a lo que las películas para niños y preadolescentes deben ser.



20 de mayo de 2010

La Bruja Debe Morir


Hace ya unos años, y como parte de una clase en la Universidad, leí un libro titulado "La Bruja Debe Morir". El libro habla de los cuentos clásicos, de su significado y de su función psicológica. Explica cómo los niños aprenden diferentes lecciones gracias a los cuentos y la función de "la bruja", ese ser malo que aparece invariablemente y de por qué debe morir. No sólo debe morir, sino que su muerte debe ser horrible y definitiva.



Lo que sucede es que en el cuento, la bruja representa todo lo malo de los personajes, y por ende, del niño. Por ejemplo, representa la pereza en Pinocho, la vanidad en Blanca Nieves. La parte "mala" del niño se identifica con la bruja, y al final del cuento, cuando ésta muere definitivamente y desaparece para siempre, también ayuda al niño a superar esa parte de sí mismo. Es por eso que también debe morir horriblemente, para que no quede duda de que ha desaparecido.



Entonces, resulta que muchas de las historias de Disney, donde hacen que los cuentos continúen con tal de seguir sacándole jugo a una franquicia, es psicológicamente nocivo. Los malos reviven, o resulta que no murieron por alguna razón, y continúan acechando a los buenos para alcanzar su venganza. ¿Qué significa esto? Que las cosas malas de cada uno de nosotros no pueden ser superadas, que van a regresar y nos torturarán por siempre. Que debemos cuidarnos las espaldas por siempre, porque "eso malo" regresará. Y nuestra costumbre de decir mentiras no puede ser superada. Temporalmente dejaremos esos vicios, pero volverán. ¿Acaso no están conscientes del daño que hacen? Quizá, porque en algunas historias los malos mueren y después surgen otros malos. Sin embargo, la proverbial escena donde la mano del "malo" sale de la tierra o de los escombros al final de la película es la que produce pesadillas en los niños, y no por las razones que muchos creen.



La bruja debe morir, para ayudarnos a superar nuestros propios defectos. Y debemos alentar a que muera, y seguir contando los cuentos clásicos, por violentos que puedan ser algunos. Fingir una muerte menos horrible sólo por "no herir la sensibilidad de los niños" son ideas nocivas y estúpidas creadas por algunos psicólogos que se dicen modernos. Hay que estudiar las cosas en profundidad antes de emitir juicios tan incorrectos.



18 de mayo de 2010

Discriminación Al Revés

El otro día veía una película en televisión que trataba acerca de la discriminación al revés. No la vi completa ni es el punto, sino tratar el asunto de que es real tal discriminación. En la película, un joven negro hacía varias cosas por la presión que sentía por el trato tan bueno y preferencial del que era objeto. Sabía que en realidad las personas querían discriminarlo, pero en lugar de eso casi lo trataban como si fuera mejor. Pero el punto era, precisamente, que lo trataban distinto; lo hacían sentir siempre diferente. Yo, como discapacitado, puedo entenderlo.



No soy tonto, sé que a alguien en silla de ruedas como yo no se le puede tratar igual. No voy a pretender que alguien me deje atrás y espere que suba por mis propios medios si nos encontramos con una gradas en un edificio o centro comercial. Pero a veces las personas te hacen sentir verdaderamente incómodo con la forma en que te tratan. Pareciera que creen que por no poder caminar tampoco puedes hacer nada con los brazos, o que eres retrasado mental. Es como si creyeran que no puedes comer solo, encender una luz, quitar una silla del camino... Entonces te tratan demasiado bien, y te hacen sentir inútil.


Muchos de nosotros que estamos discapacitados tratamos de demostrarnos a nosotros mismos y a los demás que todavía podemos hacer muchas cosas. Nos hace sentir bien saber que todavía podemos, que después de todo conservamos parte de nuestra independencia. No nos gusta que nos ayuden cuando sabemos o al menos creemos que podemos hacer las cosas por nuestra cuenta. Pedimos ayuda cuando la necesitamos, pero sólo en ese caso.


Sin embargo, existen muchas personas que no ayudan "demasiado", que parecen creer que somos unos seres desvalidos que no podemos ni siquiera limpiarnos la nariz. Que somos como bebés que ni siquiera sabemos hablar y expresar con palabras nuestras necesidades. Y esas personas nos hacen sentir cada vez peor y peor. Nos discriminan, y no porque nos traten mal, sino porque nos hacen sentir "diferentes". Porque con cada acto suyo, aunque lleve buenas intenciones, nos hacen recordar constantemente que somos distintos, que no somos como los demás. Es una discriminación tan dolorosa...


11 de mayo de 2010

Día Dedicado a las Madres

Ayer se celebró el Día de la Madre acá en Guatemala, por eso dejé para hoy el post cínico. Y es que, mientras más lo reflexiono, menos real me parece la celebración. Es cierto que sobre todo en la cultura latina amamos mucho a nuestras madres y nos sentimos culpables cuando ellas nos manipulan y no les demostramos todo nuestro cariño y agradecimiento. Pero, precisamente, siento que tengan que caer en la manipulación para que nosotros como hijos demostremos algo.



Esto, en primer lugar. En segundo lugar, se me hace bastante tonto tener que celebrarle el día a mujeres que no llenan adecuadamente el papel de madres. ¿Qué estamos celebrando? ¿Qué un día decidieron acostarse con alguien, a quien quizá amaban o quizá no, y que ese día o esa noche resultaron embarazadas? ¿Estamos celebrando que decidieron no abortar? Suena crudo, pero seamos realistas: muchas mujeres son madres porque se equivocaron, porque se sintieron culpables de no abortar, porque sufrieron la presión de sus padres, y no porque lo quisieran de verdad.


Aún así, hay madres que encuentran su vocación en el camino, a pesar de haber comenzado con un error. Pero también existen madres que nunca encontraron el amor y la dedicación que se necesita. Muchas siguen viendo en el rostro de sus hijos, a aquél que las traicionó y las utilizó. Muchas toman muchas decisiones en su vida so pretexto de que lo hacen por sus hijos, cuando en realidad satisfacen sus propias necesidades e inseguridades. Pobres madres que estancan a la sociedad, la dañan.


Así que, aunque se hieran susceptibilidades, se deberían crear reconocimientos para las verdaderas madres. Las que orientan, aman, corrigen, cuidan, educan y brindan buenos ejemplos a las nuevas generaciones y nos hacen avanzar como sociedad y como especie. A esas madres ejemplares que no transmiten sus problemas a sus hijos, sino les enseñan a solucionarlos. Aquellas que se superan a sí mismas para que sus hijos entiendan que se puede hacer y que es lo mejor del mundo. Felicidades a esas madres que enseñan a otras a ser madres, a esas que siguen haciendo que valga la pena celebrar su día.


Felicidades a esas madres, pero sólo a esas, que ya saben quiénes son.


10 de mayo de 2010

De Noche Para Siempre (XCVI)

Creo que fue en el año 2,002 en que hice algo que nunca antes había hecho, ni volví a hacer. La fama que me formé, de ser un hombre que conseguía mujeres fácilmente (las tonterías que cree la gente) haría que cualquiera creyese lo contrario.



Una tarde en que me encontraba en el receso de clases, fui al lugar donde sacaban fotocopias. El lugar es ya de cierto tamaño debido a la cantidad de fotocopias que necesitamos los estudiantes, sobre todo porque muchos libros que utilizamos no son los originales. En fin, ese día había un grupo de tres mujeres, y una me llamó la atención. Sí, aún estaba casado, por si alguien quisiera hacer la aclaración. Pues resulta que la vi y me vio, la saludé y me saludó. No me lo creí, siempre he sido bastante tímido y no es "mi estilo", repito, a pesar de lo que muchos pudiesen creer.


Sin embargo, no me atreví a hablarle. Días más tarde la vi de nuevo y la seguí hasta su salón de clases. Ella estaba en primer año, yo en cuarto. Seguramente fue una aventura para ella también. Que un hombre la siguiera hasta su salón y que entrara casi al comenzar su clase para presentarse y hablar un poco con ella. Se llamaba Gabriela, Gaby. La situación resultó ser bastante tonta al final. Nos hicimos amigos, la orienté un poco respecto a las clases y otras cuestiones académicas. Nada ni ligeramente romántico sucedió entre nosotros, a pesar de que físicamente me gustaba. La encontré un par de veces más adelante en la Escuela de Psicología y nos pusimos un poco al día. La llamé un par de veces. Y fue todo lo que hubo entre nosotros. No estuvo mal hablarle ese día, pero fue lo más emocionante de nuestra relación. No fue más que una anécdota más. Lástima, hubiese sido mejor que se convirtiera en una verdadera amiga.




7 de mayo de 2010

Faltan Maestros

Dicen que faltan maestros aquí en Guatemala. Claro que sí, pero lo que siguen faltando son alumnos. Siempre han faltado maestros porque los alumnos también han sido menos de los que deberían ser. Lo que sucede es que hasta hace unos años muchos padres consideraban que no era necesario que sus hijos estudiasen. Aún hoy, hay demasiadas personas que no terminaron ni siquiera la primaria, o sólo llegaron a sexto primaria o tercero básico, y que tienen trabajos con un sueldo respetable. Y muchas personas siguen creyendo que la educación es una especie de lujo.



Pero la educación no es un lujo, es una necesidad. ¿Hacia dónde puede ir un país sin educación? Es natural que exista violencia, crímenes, pobreza en un país al que le falta educación. Yo fui maestro, y no es un secreto para mí los maestros que llegan a un aula a leer un libro de hace 50 años y pretenden que eso es enseñar. Muchas maestras de  buen corazón que juegan a ser madres sustitutas de los alumnos y se preocupan más por su labor social (que es muy buena) que por la educación académica. Claro que faltan maestros, y falta que muchos maestros que trabajan actualmente revisen su vocación y su preparación y sean mejores en su profesión.


Repito, yo no creo que un país educado tenga tanta criminalidad ni pobreza. En Guatemala muchas personas siguen esperando a que alguien les dé empleo, o a que el gobierno actual les ofrezca dinero. Muchos estudian por compromiso y siguen pagando y pagando lo que sea necesario para que sus hijos tengan un título, hayan aprendido o no. No conocemos el valor de la educación, sólo seguimos metiendo a nuestros hijos en escuelas y colegios para que más adelante consigan un empleo para ayudarnos a pagar las cuentas. Faltan maestros, y faltan alumnos, y falta educación. Falta entender que en la medida en que nuestros hijos tengan más conocimientos (verdaderos conocimientos) van a poder generar más de lo que necesita nuestro país para crecer. Y no sentarnos a esperar a que otros vengan a resolvernos los problemas.


3 de mayo de 2010

De Noche Para Siempre (XCV)

Recuerdo que en una ocasión, cerca de la Ciudad Universitaria, comprábamos algo para tomar y para beber en una caseta de las que siempre hay fuera de la Universidad. Si no han probado un "shuco", se han perdido de algo que vale la pena en la vida. En fin, íbamos los tres de casi siempre, N., R. y yo.



Al momento de escoger la gaseosa que tomaríamos, R. y yo escogimos el mismo sabor. Me sigue llamando la atención que escogimos el mismo, uno poco común y me atrevería a decir que por la misma razón. La anécdota fue más allá, porque no sólo escogimos el mismo sabor, uno raro, que ni siquiera venden en todos lados, sino que lo escogimos frío. Sin embargo, justo antes de dármelo, por alguna razón recapacité y pensé que era mejor uno "al tiempo". Iba a tomar el frío cuando regresé mi acción y me dispuse a tomar el otro, para darme cuenta de que al mismo tiempo, R. hacía exactamente lo mismo. Escogimos el mismo sabor y la misma acción. Fue grato para mi, y un recuerdo para siempre.

 

En otra ocasión yo comenzaba a experimentar con lo que era bajar canciones de internet. Se me ocurrió bajar muchas de las canciones que siempre me gustaron y que nunca más he escuchado en la radio u otros medios. Usualmente se bajan las canciones de moda, pero la moda siempre ha sido para mí algo parecido a la nada. En fin, cuando le pregunté, me mencionó una canción en la que ni siquiera había pensado, pero que me encantaba en su época. Hoy aún no comprendo y me hace sumamente feliz encontrar a alguien con quien comparta tanto. Que sepa tanto de mí por haber vivido cosas parecidas. Lo siento, pero no suelo encontrar gente con quien de verdad tenga cosas en común. Ser diferente a los demás ha sido una carga y un don durante toda mi vida. Y es por eso que me causa tanta fascinación encontrar alguien con tanto en común conmigo.


Más adelante realizábamos una actividad de salud mental en una clase de Psicología, y debíamos entregar monedas de distinto valor a distintas personas que nos causaran distintos sentimientos y reacciones en clase. Cuando llegó el momento de dar una moneda a alguien que hubiésemos lastimado, entre el desorden que se había creado a propósito para la actividad, me encontré con ella, buscándome como yo lo hacía, para entregarnos sendas monedas. Nuestra relación no ha sido siempre buena, hemos tenido conflictos como las verdaderas amistades, pero me jacto de que sabemos que nos queremos a pesar de todo. Lo sé, me gusta, es obvio, y me gusta más allá de lo físico. Pero también sé que ella siempre sólo aceptará una amistad conmigo.