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27 de enero de 2011

Dolor Físico

El dolor físico cambia a las personas. Un dolor agudo puede hacer reflexionar a una persona respecto a sus actos. Como quien arriesga su vida sin necesidad en actos "extremos", o quienes han recibido un balazo como consecuencia de su vida criminal. Pero el peor es el dolor crónico. Dolor todos los días, a cada momento. Permanente.


Yo padezco de un dolor semejante. No es permanente y a veces ni siquiera se presenta cuando lo espero. Pero lo espero, lo temo, y sé que me ha cambiado. Pienso en personas con otras enfermedades, y siento compasión y admiración por ellas. Me doy cuenta de que habrán otras personas que verán a estos enfermos y creerán que están tristes o deprimidas, pero no es así, es dolor físico. Cuando sientes que se te salen los ojos debido a un dolor de cabeza, cuando el cuerpo te duele tanto que no quieres moverte, cuando no quieres quejarte del dolor porque sabes que, irónicamente eso te produciría más dolor, sonreir y ser amable quedan en segundo plano. Aún así, algunos llegan a tachar a estas personas de "amargados".


Por eso es tan admirable la gente que vence ese dolor, que lo siente y aún así es capaz de trascenderlo y preocuparse por los otros e incluso tratar de ayudarlos. Mi dolor no se compara con el de otros, pero admiro que esos otros puedan sonreír y tratar de ser ellos mismos a pesar del dolor y a pesar del medicamento, que afecta tanto o más la personalidad que el mismo dolor. Esta gente merece un aplauso. He estado en el hospital, y he visto sufrir. Y he visto trascender. Así he aprendido lo que quiero, que quiero ser fuerte, que quiero demostrarme a mí mismo que puedo encontrar la felicidad aún vistiendo un cuerpo defectuoso. Porque de verdad, lo que importa es lo que tenemos adentro.


20 de enero de 2011

Dios No Lo Quiera

Hace algunos años leí en un libro de César Higueros Carrillo, una parte donde hacía una crítica respecto a cómo ponemos "de sirviente" a Dios. Lo ponemos a hacer cualquier cosa en cualquier momento, sólo porque eso es lo que se nos antoja o necesitamos en ese momento. Yo estoy de acuerdo, creo que es en los problemas más difíciles de la vida en que recurriremos a su consuelo, cuando en verdad nuestras solas fuerzas no son suficientes. No en cualquier momento, para solucionar nuestros errores.


Quisiera tratar de aclarar que no estoy hablando de Dios, estoy hablando del comportamiento de la gente. Existen ciertas personas que, en cuanto escuchan la palabra "Dios", dejan de escuchar todo lo demás y se hacen a una actitud inamovible. En este caso, yo estoy tratando de hablar respecto al comportamiento de ciertas personas que parecieran "abusar". Los ejemplos podrían ayudar:


- Dios no quiera que me enferme.

- Dios quiera que gane mi equipo.

- Dios quiera que gane mi equipo (el del otro equipo).

- Dios no quiera que llegue tarde a mi trabajo (el que ya salió tarde).

- Dios no quiera que se haya arruinado el teclado (después de dejarlo caer al suelo).

- Dios quiera que la maestra no pida la tarea hoy.

- Dios quiera que me diga que sí quiere ser mi novia.

- Dios no quiera que se den cuenta de que estoy copiando en el examen.

- Dios no quiera que sepan que estoy robando (¡¿?!)

- Dios no quiera que descubra que la estás engañando.

- Dios quiera que me salga rica la comida.

- Dios quiera que me quede bien este pantalón.

- Dios quiera que no llueva hoy.

- Dios no quiera que vengan a cobrarme la renta hoy.

- ¿Más ejemplos?


11 de enero de 2011

Hasta Un Perro Merece Un Libro

Recién vi la película de Marley y yo. No he leído el libro. Sin embargo, opino que es una bonita historia acerca de un perro singular que marcó positivamente la vida de la familia de un escritor, que supo apreciar el aporte de su mascota en toda su existencia. La belleza está en los ojos de quien la ve.


Muchas personas hubiesen decidido deshacerse de un perro tan molesto, en lugar de conservarlo y aceptarlo tal cual era. Eso es amor de verdad. Y, a cambio, recibieron el amor verdadero y desinteresado de él. ¿Cuántos de nosotros podemos decir que hemos hecho algo semejante? Lamentablemente en el mundo de los humanos no es tan sencillo dar y recibir amor verdadero, desinteresado, indiscriminado. Algo deberíamos aprender.


Supongo que el dueño de Marley lo comprendió, y por eso decidió dar a conocer su historia. Hasta un perro merece que le escriban un libro, cuando su historia es única y puede obsequiar a la Humanidad un hermoso regalo de vida, que todo aquél que lo sepa apreciar estará en condiciones de vivir una vida de la cual también se pueda escribir un libro. Todos deberíamos de vivir una vida que valiera la pena escribirse. Llena de amor, sacrificios, aventuras, decisiones difíciles y significativas, lucha, comedia, experiencias de madurez, corazones enormes, y sin cortes comerciales.


Existen tantas películas, libros, programas de televisión y demás cosas que nos tratan de alentar a que vivamos una vida con más sentido, y lo que vemos es a adolescentes imitando bromas pesadas, hazañas peligrosamente estúpidas o estúpidamente peligrosas, adultos violentos presumiendo joyas extravagantes e involucrándose en relaciones sexuales ilegales, indebidas, inmorales. ¿Por qué es más llamativo imitar lo malo? ¿No nos puede inspirar una historia de amor y sacrificio? ¿Un perro nos tiene que enseñar una forma correcta de vivir? ¿Una mascota conoce mejor que nosotros la forma correcta de amar?


En un mundo donde hasta un perro merece un libro, la belleza está por todas partes, pero no será ella la que nos busque. Debemos ser nosotros los que apreciemos la belleza de todo, donde quiera que se encuentre.