Hace algunos años leí en un libro de César Higueros Carrillo, una parte donde hacía una crítica respecto a cómo ponemos "de sirviente" a Dios. Lo ponemos a hacer cualquier cosa en cualquier momento, sólo porque eso es lo que se nos antoja o necesitamos en ese momento. Yo estoy de acuerdo, creo que es en los problemas más difíciles de la vida en que recurriremos a su consuelo, cuando en verdad nuestras solas fuerzas no son suficientes. No en cualquier momento, para solucionar nuestros errores.
Quisiera tratar de aclarar que no estoy hablando de Dios, estoy hablando del comportamiento de la gente. Existen ciertas personas que, en cuanto escuchan la palabra "Dios", dejan de escuchar todo lo demás y se hacen a una actitud inamovible. En este caso, yo estoy tratando de hablar respecto al comportamiento de ciertas personas que parecieran "abusar". Los ejemplos podrían ayudar:
- Dios no quiera que me enferme.
- Dios quiera que gane mi equipo.
- Dios quiera que gane mi equipo (el del otro equipo).
- Dios no quiera que llegue tarde a mi trabajo (el que ya salió tarde).
- Dios no quiera que se haya arruinado el teclado (después de dejarlo caer al suelo).
- Dios quiera que la maestra no pida la tarea hoy.
- Dios quiera que me diga que sí quiere ser mi novia.
- Dios no quiera que se den cuenta de que estoy copiando en el examen.
- Dios no quiera que sepan que estoy robando (¡¿?!)
- Dios no quiera que descubra que la estás engañando.
- Dios quiera que me salga rica la comida.
- Dios quiera que me quede bien este pantalón.
- Dios quiera que no llueva hoy.
- Dios no quiera que vengan a cobrarme la renta hoy.
- ¿Más ejemplos?
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