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31 de octubre de 2008

Miedo a la Muerte (III)


Los humanos somos tan fascinantes que construimos conceptos sobre conceptos, todo un mundo mental y alejado del reflejo puro de la realidad. Resulta que el miedo a la muerte es tan grande, que deviene en un miedo a los signos o sugerencias de la muerte. Ya no le tememos sólo a la muerte en sí, sino le tememos a la vejez, a los cementerios, a la muerte ajena, a las enfermedades, incluso a hablar del tema.

Resulta que si somos viejos estamos mal, que todos debemos ser jóvenes a los 70, que debemos mostrar no otra cosa que no sea vitalidad y nuestro "lado salvaje". Sentirnos conformes con una vida tranquila, tomar las cosas con la calma de la madurez es mal visto, porque te estás poniendo viejo. Nos da miedo la vejez porque nos acerca a la muerte. Cualquiera puede morir a cualquier edad, pero una persona de la tercera edad nos sugiere el destino que todos tendremos.

Ahora me he encontrado con el fenómeno: a la gente no le gusta hablar de la muerte. Estar enfermo y no saber nada acerca de mi destino me ha liberado aún más de tabú de la muerte. Ya antes sabía que en cualquier momento puedo dejar de existir, pero una enfermedad así te enfrenta más de cerca y con más "seguridad en la incertidumbre". Y me he dado cuenta de que casi nadie quiere pensar en eso, pareciera que se cree que se atrae la muerte al hablar de ella. Como si hablar de velorios, ataúdes, herencias, cadáveres y demás atrajera a la muerte.

Debo decirlo, hablar de la muerte no significa desearla. Decir que moriré y preferir una muerte sobre otra no me hace un suicida, ni siquiera un "suicida mental". La realidad es que somos mortales, dejamos de existir y con el tiempo, todo rastro nuestro desaparece del mundo. Así es la vida, y creo que aceptarla tal cual es nos haría vivirla más responsablemente que huir de un destino ineludible. Seria como alcanzar cierta madurez cultural.

26 de octubre de 2008

Miedo a la Muerte (II)


Vida eterna, un concepto seductor para aquel que le tiene miedo a la muerte. Por eso las historias y las leyendas acerca de seres eternos, humanos o monstruos destinados a ver la historia de la Humanidad y aburrirse de su devenir. Sin embargo, resulta mucho mejor la posibilidad de tener a eternidad en nuestras manos, aspirar a la Vida Eterna. De ahí que nos la venda la religión.

Un volante publicitario difícil de ignorar, resulta fácil prestar atención a quien nos dice que nos puede dar justo lo que necesitamos. Bajo, diría yo, pero efectivo. Miles de personas recultadas para religiones que nos ofrecen la eternidad, que jamás moriremos, que jamás tendremos que enfrentarnos cara a cara con la posible realidad del vacío, de la inexistecia, de descubrir que toda nuestra vida fue inútil porque no tuvo significado, porque la falta de significado bien puede compensarse, aunque sólo en cierta medida, si es que nuestra vida nunca acaba. No tendremos que permitir que el público se vaya con mal sabor de boca si la obra no termina nunca, si los tenemos siempre a la espera de que "lo bueno está por venir".

En lo personal, considero contarme entre los católicos. Pero, lo siento, y díganme traidor, falso o hipócrita, pero la vida eterna no tiene nada que ofrecerme. El sentido del catolicismo, para mí, es seguir el ejemplo de Cristo, ser como Él, aspirar a su vida, no a su muerte. Me interera más la vida de Cristo que su muerte, y eso me ha de hacer un mal católico, un mal cristiano. Pero mi muerte no es lo que me preocupa, prefiero ocuparme antes de mi vida, que la tengo más a la mano.

25 de octubre de 2008

Miedo a la Muerte (I)


Uno de los miedos más básicos y antiguos que existen. Todos hemos de tenerle miedo a la muerte. Y no es para menos, nadie sabe realmente qué sucederá, ni sabe si será dolorosa, nadie quiere dejar de existir, porque una de las cosas más inconcebibles y frustrantes para el ser humanos es el vacío total. La incertidumbre es una tortura, y quien piensa en la muerte se tortura a sí mismo. Por eso buscamos soluciones.

Una de ellas es la vida eterna. Cientos de historias respecto a seres inmortales, seres que han vivido desde hace siglos y que lo harán por siglos de siglos más. Seres que no mueren de vejez, o que no mueren por ninguna razón en absoluto. ¿Cuánta gente no quisiera ser uno de ellos a quienes los parten en dos con una espada y aún asi no mueren? Es preferible eso a la inseguridad de la muerte. Pero, ¿realmente lo es? Eso hace que dentro de las mismas historias encontremos a esos seres eternos sombríos, cansados de vivir, cansados de la historia de la humanidad que se repite siempre, donde sólo cambia la moda y la tecnología para matar. El dilema de vivir para siempre sería que, irónicamente, se terminaría deseando morir.

Y, entonces, ¿cuál es la solución? Me pregunto si debería hablar sobre mi solución desde ya o dejarlo para la conclusión de esta larga reflexión. Sea como sea, mi solución es sólo una opinión. Opinión efímera de un ser efímero que nada tiene que ver con esos seres poderosos o sombríos, inhumanos o solitarios, que son los seres eternos de las historias que nos hacen soñar con qué sería ser humano y no serlo a la vez...

20 de octubre de 2008

Más Notas del Hospital

Lo siento, órdenes médicas, no puedo estar mucho tiempo levantado y por lo tanto no he podido escribir. Recién vuelvo poco a poco a las actividades cotidianas. Si no mal recuerdo...

- Generalmente cuando se quiere animar a un enfermo se le dice "piensa que hay personas que están peor que tú". Generalmente esa persona que está peor he sido yo.

- Fue gracioso, penoso e irritante escuchar que un paciente le contaba a otro cómo "le había entregado su vida a Cristo", cuando el mismo paciente no tenía más de quince minutos de haber estado en otra sala jugando cartas (naipes) y apostando dinero con otros pacientes. Y ganando.

- De otra hospitalización: un paciente, algo viejito, contaba todos los días su mismo chiste de "¿cuál es el colmo de un ciego?". Después de tres o cuatro días, me daba mucha risa, pero la insistencia del señor en contar el mismo chiste. Creo que no recordaba que ya lo había contado...

- No sé qué opinarán los demás, pero me parece que los postres que dan en el IGSS son muy ricos.

- Escuché algunas historias de cómo los familiares de un paciente que muere, quién sabe si por negación, ignorancia o por simple reflejo, muchas veces culpan de la muerte a los enfermeros, y los acusan de "haberles hecho algo". Hay que ser justos, digo yo.

- Al final, la gente le tiene mucho miedo a la muerte. Muchas operaciones salen mal o son suspendidas porque los pacientes están demasiado nerviosos, temerosos, ansiosos por los resultados. He visto hombres volverse niños malcriados y bebés que lloran al estar en el hospital, y tener actitudes de machos cuando se sienten mejor. He visto las caras de aquellos que temen morir al recibir la noticia de un diagnóstico, de un procedimiento. Al ver todo eso, me siento mejor. No por una enfermiza satisfacción, sino porque me doy cuenta de que la lucha diaria por lo que llamo mi "salud mental" parece dar resultado.

2 de octubre de 2008

Notas del Hospital

He vuelto. Dicen los doctores que tengo esclerosis múltiple, una enfermedad degenerativa del sistema nervioso, tratable pero no curable. La noticia ya pasó, seguimos escribiendo. A continuación algunas notas mentales que tomé en el hospital, algunas cosas que recuerdo:

- Cada vez que decían que llevarían a un paciente a rayos, yo pensaba "¡Ah, Rayos!"

- Conocí a otra persona que padece lo mismo que yo. Es bueno encontrar alguien con quién identificarse en un lugar que a veces es tan duro soportar.

- Gracias, muchísimas gracias al enfermero que me atendió en mi ingreso. A mi esposa le pareció malencarado y grosero, pero resultó una de las personas que más amablemente me atendió en el hospital. Las apariencias engañan. Ni siquiera sé su nombre, pero es justo agradecerle.

- Escuché que el hospital IGSS zona 9 (donde estuve internado) no posee ninguna de las ambulancias nuevas que se compraron, y también que las ambulancias no siempre suelen usarse para transportar pacientes (por ejemplo, alimentos). ¿No debería existir un vehículo para cada cosa?

- Algunos enfermeros y enfermeras comentaban cómo han perdido ciertos beneficios que les prestaba la institución como empleados.

- Un compañero paciente le pregunta a otro: "¿vos sos zurdo o sos izquierdo?"

- Es un hecho: en el hospital, quienes esperan a que haya una cama libre para ser ingresados, se benefician tanto de la mejoría como de la muerte de otro paciente.

Otras notas en el próximo post.