Creo que muchos hemos escuchado acerca del "activo" papel de nuestra primera dama dentro de la política guatemalteca. Acerca de los proyectos que ella encabeza y las responsabilidades que ella ni siquiera comparte, sino que lleva por sí misma dentro del gobierno de Álvaro Colom. Creo que muchos conocemos de ello, pero también muchos de nosotros nos preguntamos: ¿qué hace ella ahí?
¿Con qué derecho ella tiene tanto poder para gobernarnos? ¿Quién dijo que nosotros la queríamos en el gobierno? Hasta donde yo sé, NADIE VOTÓ POR ELLA. En la papeleta no estaban ni su cara ni su nombre, sino los de su marido y los del candidato a la vicepresidencia. Nadie marcó la casilla de la UNE con la intención de que fuera ELLA la que tuviera tanto poder. O quizá me equivoco, quizá el ingeniero Colom en sus campañas continuamente anunciaba que ella se haría cargo de tantas cosas tan importantes para la política de la nación. Quizá el bendito Consejo de Cohesión Social fue anunciado desde mucho antes que nuestro presidentito tomara el cargo por fin. Quizá todos los que pusieron su voto en la papeleta a finales del año pasado estaban poniendo desde ya su confianza en don Álvaro, don Rafael y doña Sandra también.
La "excusa" del ingeniero Colom es que su esposa no será una esposa de adorno. Y no quiero que me malinterpreten, no quiero que se me tome por machista o algo así. Si ella tiene la capacidad y la trayectoria política, enhorabuena. Pero entonces debió ser ella la candidata a la presidencia o la vicepresidencia al menos, en lugar de hipócritamente engañar a los guatemaltecos, saliendo a la mera hora de la sombra de su marido, para gobernarnos. No digo que una mujer no pueda, digo que nuestro presidente con sus acciones nos está diciendo que en Guatemala para hacer carrera política no es necesario esforzarse tanto, sino nada más saber con quién casarse.