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22 de octubre de 2010

De Noche Para Siempre (CVII)

Que me echaran de mi casa la primera vez fue una especie de aventura. A pesar de contar ya con 24 años no medí como debía las consecuencias o implicaciones de salir de mi casa de ese modo. Tanto para mí como para mis hijas y mi familia. Yo lo disfruté. Creo que se podría citar el clásico "en realidad en el fondo lo deseaba". Y claro que lo deseaba porque todo el tiempo sentía que estaba metido en un compromiso que me incomodaba. Después vendrían las reflexiones y el análisis más a fondo, pero, después.



Sacaron mis cosas de mi casa después de haber encontrado una carta "comprometedora". Ese día aún fui a trabajar, pues consideraba inútil quedarme a pelear una pelea inútil. Un amigo me haría el favor de conseguirme un lugar donde quedarme esa noche. Pensé que sería su casa, pero en realidad pasó dejándome a un hotel. Era la primera vez que me quedaba en un hotel ,sin ser una excursión, aunque creo que lo tomé como si fuera una. Ese fue un sábado, pero al día siguiente debía ir a trabajar. Mi tío me había conseguido un trabajo fácil en la embotelladora Coca-Cola. Solamente debía supervisar ciertas cosas. Era un trabajo de media hora al día, lo podía combinar con mi trabajo de maestro. Así que me bañé en el hotel, con el jabón y el champú del hotel, salí al lugar donde estaban guardadas mis cosas a traer desodorante y partí al otro trabajo. Al menos pude tomar una gaseosa gratis para desayunar. La Universidad estaba cerca y yo sabía que estaba abierta también en domingo, así que fui allá a leer un poco y cargar mi teléfono celular. No se me ocurría en qué perder el tiempo...



Más tarde me reuní con mi madre en un centro comercial para que me invitara a almorzar algo, y me contó que habían encontrado un lugar donde podría quedarme esa noche. En la casa de unos conocidos de ella y mi abuela. El día siguiente sería lunes, y debía presentarme al colegio e ir a la Universidad, así que las cosas se complicaban un poco. Debía bañarme en casa extraña, planchar mi camisa e ir con corbata al colegio. No es lo mismo un hotel que una casa extraña. Pero esa experiencia me enseñó que cuando no tienes casa, cualquier casa es tu casa. Creo que eso me sirvió para estar después en el hospital. Al final fue una experiencia más buena que mala.


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