Estoy convencido de que el libre albedrío es la cualidad más importante que tenemos los seres humanos. No pretendo que este momento sea para discutir si este libre albedrío fue regalo de un Dios creador o no. Sólo quiero afirmar que existe, y que es tan básico en los seres humanos como el latido del corazón.
Al mismo tiempo, teorías psicológicas de la personalidad como la freudiana, afirman que el pasado es determinante e ineludible. Que nuestra niñez marca el destino clásico del que no se puede huir. Sin embargo, existen otras teorías que dicen que podemos combatirlo. Nuestro libre albedrío será capaz de vencer a ese destino escrito en la piedra trágica. Si bien es cierto que las experiencias del pasado son una influencia poderosa, la voluntad humana trasciende. Hoy, nuestras decisiones pueden cambiar toda nuestra vida.
Soy un cínico, lo admito. Pero a la vez creo que el ser humano puede cambiar. Cambiar radicalmente, ser otro. Hoy puedo creer que un criminal, un asesino, deje sus vicios y cambie su camino. Hoy puedo creer que un pandillero decida ser útil a la sociedad y a sí mismo. Y se conviertan en honestos hombres de familia. Hoy podría confiar en el alcohólico que dice haber tomado su última copa.
El pasado importa, pero no hay nada como el presente. Y no importa lo que haya sucedido antes, una decisión que se ha tomado con todo el ser, no puede cambiar. La voluntad puede derrotar toda marca, todo "trauma", todo aquello que podríamos arrastrar, podemos dejarlo como verdadero pasado. Ese alcohol, ese tabaco, esa mujer, ese hombre. Todo puede quedar atrás. A fin de cuentas, la historia de cada persona no se escribe de atrás para adelante, sino de adelante hacia atrás. Lo que podemos hacer mañana y a partir de ahora.
Aquí y ahora, termina todo lo que fue, y con tu voluntad, mañana será totalmente distinto.
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