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20 de diciembre de 2010

Un Sólo Tiro

Una de las cosas que más me ha hecho reflexionar respecto a las consecuencias de mi enfermedad, es que puedo decir que solamente tenía un tiro, y no lo sabía. Hay cosas que puedo hacer con mi vida aún, muchas cosas, pero existen otras que ya no puedo hacer. Que si las hice, las hice una sola vez. Y ahora no se pueden evitar los arrepentimientos.


Claro, mi posición no es privilegiada. Todos tenemos arrepentimientos. No me refiero a que mi vida sea especialmente tortuosa o algo por el estilo. Simplemente estoy diciendo que me dí cuenta de eso. Algunas personas tardan mucho más en darse cuenta de las cosas que pudieron hacer nada más una vez en la vida y en las que perdieron la oportunidad. Algunas hasta en su lecho de muerte recuerdan y quieren haber hecho más. Algunos ven a sus nietos o sus bisnietos y sienten esa aprensión.


Yo viví gran parte de mi vida sin pensar en las consecuencias de mis acciones a largo plazo. Viví mi vida como si siempre fuese a tener la oportunidad de arreglar las cosas. Si me equivocaba, tendría de nuevo una oportunidad de hacer las cosas bien. Si mi matrimonio no funcionaba, podría deshacerlo o arreglarlo de algún modo, en algún momento. Y en algún momento podría tomar mi carrera más en serio o conseguir un trabajo mejor, tener más dinero. Pero resultó no ser así. Era como si pensara que en algún momento iba a comenzar a vivir. No me daba cuenta de que desde el primer momento que tenemos en este mundo, comenzamos a vivir. Y mientras más conciencia tenemos de quiénes somos y lo que queremos en la vida, tomamos decisiones que no son provisorias, sino que hacen nuestra vida. No puedo esperar un momento especial para comenzar a vivir, porque la decisión de esperar ya es en sí una decisión de vida.


Me preocupa ver, por ejemplo, a mis hijas haciendo lo mismo. Vivir como si en algún momento, más adelante, comenzarán a "pensar en su futuro". En lo que debemos pensar es en nuestro presente. No tenemos ninguna otra cosa. El pasado ya pasó, es inalterable, y el futuro nunca va a llegar. Lo único que tenemos es una serie de presentes que se suceden uno al otro y que se van en el mismo instante en que pensamos que lo tenemos. Debemos decidir sobre nuestro presente, conscientes de que otros vendrán y cómo queremos que sucedan. No es como armar un juego de dominós que luego pondremos en marcha para "ver qué pasa". Estamos viviendo HOY y las consecuencias son inevitables. Vivimos hoy y mañana no existe. Mañana será HOY. Complicado, ¿verdad?



Aprender a configurar los presentes que es lo único que tenemos, pero sabiendo al mismo tiempo que todo lo que hacemos tendrá consecuencias. Es difícil, pero se puede hacer. De todos modos, lo que hacemos no tiene vuelta atrás, construimos en la marcha. La vida es algo tan interesante de hacer...


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