La Muerte de la Piñata

(13 días después de estar en el hospital, y todavía en recuperación, pero aquí estoy...)

A mi hija de un año le gustan los patitos. Cumplió el año en abril, y el otro día mi esposa y yo decíamos que sería buena idea que para su próximo cumpleaños le compráramos una piñata con forma de patito. Sin embargo, un día mientras reflexionaba en el baño (bañándome...) me puse a pensar en lo nefasto que quizá sea para mi hija que entonces tendrá 2 años comprarle una preciosa piñata de patito, que le guste, que se emocione y que luego se le diga que le tiene que pegar hasta destrozarla, ¡y sacarle lo de adentro para comérselo!

¿Qué pasa por la mente de un niño de 1, 2, 3, 4 o hasta 5 años o más, cuando para su cumpleaños, se le compra una especie de muñeco con la forma de un personaje que le gusta mucho, muy probablemente de una caricatura que mira casi a diario? Supongo que le ha de gustar, sobre todo cuando se le dice "es TU piñata". Muchos se han de poner muy felices, han de tomarlo como un regalo más. Pero más tarde se les obliga a pegarle con un palo y deformar su regalo, sólo para sacarle lo de adentro y después tirarlo a la basura. ¿Qué pasa entonces por la mente de ese niño? Hay niños que lloran a la hora de quebrar la piñata. Los papás generalmente dicen que el niño está avergonzado o que le dio miedo la piñata. Yo me atrevo a decir que puede estar llorando porque se le está obligando a destruir algo que le gusta. Creo que vale la pena que reflexionemos acerca de eso... ¿Entenderá un niño tan pequeño el sentido y la función que tiene una piñata?

En tal caso, quizá sería mejor si las piñatas tuvieran formas a las cuales el niño estuviera más dispuesto a destruir, que no le causaran un sentimiento ambivalente de "destruyo aquello que me gusta o amo". Quizá sería mejor que las piñatas tuvieran forma de padrastro o madrastra, de novio de mamá o novia de papá, de señor del costal, de coco (el de la canción), de marero, de ladrón, de presidente de la Nación, de Bush, de caja chica del Congreso o de transportista para mantenernos actualizados. Supongo que hasta los padres querrían participar en la quiebra de la piñata... y le "darían duro"...

Y es que hay piñatas tan bonitas...