Luis Fernando Hernández. Sólo un apellido. Hijo único, nacido el 25 de enero de 1980 aproximadamente a las 10:57 de la mañana. Una persona me dijo una vez, que nacemos a la hora en que nos "hacen". Haber sido hecho casi a las once de la mañana no me suena ni formal ni romántico. Cuando me casé a los 19 años, mi mamá me hizo saber que mi papá quiso que ella me abortara. A los 24 por fin quise saber de él, mi mamá me dio un nombre y dijo en qué me parezco físicamente a él. Creo que no necesito más. Sólo un apellido.
Mi familia era pequeña. Nada más mi Buela (mi abuela), mi mamá y mi tío. De mi abuela, Leonarda, no tenemos mucha información. Sólo sé que es huérfana, de Quetzaltenango, no hay más información de su familia. Ella no se casó pero tuvo una hija: María del Rosario. Luego tampoco se casó y tuvo un hijo: José Armando. No puedo decir exactamente cómo, ella terminó haciendo trabajos domésticos para un ingeniero y su esposa. Vivía en la casa del ingeniero, y luego sus hijos también. Mi mamá tampoco se casó y tuvo un hijo, que también vivió en la misma casa. Los cuatro, familia pequeña que pudo ser mucho más grande, compartiendo un cuarto durante 19 años.
No puedo decir que mi niñez haya sido triste o alegre. Creo que la vida de cada quién está equilibrada, salvo algunas excepciones. Quizá, como escribió Sábato, lo que sucede es que tendemos a recordar nada más las cosas buenas. O algunos, las cosas malas. No puedo decir que hubiera sido mejor tener un padre y hermanos, no tengo un verdadero punto de comparación. Lo que sí puedo decir es que vivir con alguien con quien puedes ser tú mismo sin culpa ni temor a la censura es mejor.
Nací pues, como todos, en una familia que no escogí, y los amaría incondicionalmente. Y luego crecería para tener una visión crítica y una opinión propia de la personalidad y la vida de cada uno de ellos. Nacer humano es complicado.
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