Ayer se celebró el Día de la Madre acá en Guatemala, por eso dejé para hoy el post cínico. Y es que, mientras más lo reflexiono, menos real me parece la celebración. Es cierto que sobre todo en la cultura latina amamos mucho a nuestras madres y nos sentimos culpables cuando ellas nos manipulan y no les demostramos todo nuestro cariño y agradecimiento. Pero, precisamente, siento que tengan que caer en la manipulación para que nosotros como hijos demostremos algo.
Esto, en primer lugar. En segundo lugar, se me hace bastante tonto tener que celebrarle el día a mujeres que no llenan adecuadamente el papel de madres. ¿Qué estamos celebrando? ¿Qué un día decidieron acostarse con alguien, a quien quizá amaban o quizá no, y que ese día o esa noche resultaron embarazadas? ¿Estamos celebrando que decidieron no abortar? Suena crudo, pero seamos realistas: muchas mujeres son madres porque se equivocaron, porque se sintieron culpables de no abortar, porque sufrieron la presión de sus padres, y no porque lo quisieran de verdad.
Aún así, hay madres que encuentran su vocación en el camino, a pesar de haber comenzado con un error. Pero también existen madres que nunca encontraron el amor y la dedicación que se necesita. Muchas siguen viendo en el rostro de sus hijos, a aquél que las traicionó y las utilizó. Muchas toman muchas decisiones en su vida so pretexto de que lo hacen por sus hijos, cuando en realidad satisfacen sus propias necesidades e inseguridades. Pobres madres que estancan a la sociedad, la dañan.
Así que, aunque se hieran susceptibilidades, se deberían crear reconocimientos para las verdaderas madres. Las que orientan, aman, corrigen, cuidan, educan y brindan buenos ejemplos a las nuevas generaciones y nos hacen avanzar como sociedad y como especie. A esas madres ejemplares que no transmiten sus problemas a sus hijos, sino les enseñan a solucionarlos. Aquellas que se superan a sí mismas para que sus hijos entiendan que se puede hacer y que es lo mejor del mundo. Felicidades a esas madres que enseñan a otras a ser madres, a esas que siguen haciendo que valga la pena celebrar su día.
Felicidades a esas madres, pero sólo a esas, que ya saben quiénes son.
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