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24 de junio de 2010

Es Sólo un Juego

El mundial de fútbol está de moda y yo ni siquiera intento evadir el tema. Al contrario, es fuente de reflexiones e ideas. Por ejemplo, hoy veía un partido en la televisión y al ver a un jugador se me ocurrió que, después de todo, el fútbol es sólo un juego. Existen muchas diferencias de forma entre los partidos de la copa mundial y el partido de los niños del barrio, pero esencialmente es la misma cosa. Es un juego que sirve tanto para divertir y entretener como para divertirse.



Pero claro, los jugadores profesionales (como cualquier otro deportista profesional) no está nada más "jugando". Alteran todo su futuro económico y profesional con la decisión que toman de jugar, arriesgan su salud y hasta su vida misma al hacerlo. Y yo, aunque nunca he sido aficionado al deporte, no opino que eso esté mal. Mas, lo que sí opino que está mal es esa diferencia que yo hago entre tomárselo en serio y tomárselo personal.


Para mí, un deportista profesional se toma su juego en serio. Por esa razón entrena esforzadamente, y cuida de su salud y procura mejorar su técnica de juego, su resistencia física y aprende acerca de estrategias y otras cosas que le puedan ayudar a ser mejor en su deporte. Juega en serio, por eso se esfuerza y se frustra cuando pierde. Pero no se lo toma personal. Quizá se preste a confusión, por eso lo explico. Alguien dirá que no, que no hay nada más personal para un deportista profesional que su deporte, y yo puedo estar de acuerdo en eso. Lo que sucede es que tenía que ponerle un nombre a las cosas para poder diferenciarlas.


Cuando yo digo que alguien se toma el deporte como personal, quiero decir que se lo toma más allá de la conciencia de que es un juego. Y existen miles de personas que se lo toman personal. Y no sólo jugadores, sino fanáticos en todo el mundo. De hecho, me atrevo a decir que la mayoría de jugadores profesionales se lo toman en serio, mientras los fanáticos se lo toman personal. Son aquellos que un punto, un gol, una carrera, etcétera, se los toman como un golpe en la cabeza o en el estómago. Cada encuentro perdido es como un robo armado, una traición personal. Y es lamentable, porque se observan por parte de estas personas, conductas que no exhiben ni siquiera los jugadores profesionales, que participan directamente de los hechos. Es lamentable pero sobre todo vergonzoso no tener suficientes cosas en la vida a tomar en serio como para apropiarse (y de un modo tan extremista) de algo que es, en resumidas cuentas, un juego.


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