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28 de junio de 2009

De Noche Para Siempre (XXIV)

1996, comencé mis estudios de Bachillerato en Computación en el Centro de Estudios y Sistemas de Computación, CESC. Nuevo colegio, por primera vez lejos de mi casa, por primera vez mixto. Mi primaria y secundaria las había estudiado solamente con hombres. Lo cual fue irónico, porque al comenzar a estudiar ese año, resultó que éramos once alumnos en la clase, nueve de los cuales éramos hombres. Sólo habían dos mujeres, y una de ellas ni siquiera terminó de estudiar ese año, así que sólo quedó una.

Otra de las diferencias que había con los otros colegio donde estudié, es que era pequeño, no tenía áreas verdes, ni canchas, ni estacionamiento, ni muchas aulas, ni más de un nivel. Era simplemente, pequeño. El nivel y la calidad académica también me pareció que era inferior a los colegios en que estudié. Creo que fue perjudicial que, en lugar de hacerme más difíciles las cosas para obligar mi potencial, fue incluso más fácil que antes aprobar todos mis cursos y ser el primero (creo que esta vez indiscutiblemente) de la clase.

Sin embargo, debo decir que conocí algunos otros maestros interesantes, buenos en lo que hacían, y que me hicieron crecer. Recuerdo con mucho cariño a mi maestra de Literatura, quien nos llevó a ver una obra de teatro bastante experimental, llamada Juegos Absurdos. Mi capacidad de introspección y autocrítica ya estaban desarrollaadas, por lo que cuando elaboré mi informe respecto a la obra, hice algo que impresionó para bien a mi maestra. También cuando hice mi informe respecto a Hamlet. Ese trabajo me ganó más puntos de los que valía. También conocí a este maestro nicaragüense, que nos enseñó lógica. Era uno de esos maestros (quizá como yo) a los que les daba risa el "sistema". Sumamente inteligente, con muchos conocimientos, capaz de tirar por los suelos a cualquiera que lo retara en su campo. Cínico, sarcástico, de risa cruel y excelente catedrático. Hace algunos años me enteré de que lo mataron. No me extrañaría, pero espero que no sea cierto.

Otra de mis maestras que me dejaron un buen recuerdo, fue mi maestra de Contabilidad. Con ella realmente aprendí algo de la materia, y hasta le tomé cierto agrado. Pero, en realidad, la historia que se repite, ella me gustaba. La diferencia es que en realidad nos pudimos hacer amigos. Nunca pasó nada más entre nosotros, pero tuvimos una amistad que trascendió el colegio, ya verán conforme siga contando mi historia. Se llama Idalia Esperanza Villela Lara. Gracias por ser mi amiga, gracias por escribirme una vez.

26 de junio de 2009

De Noche Para Siempre (XXIII)

Luego de salir del ISI, mi vida comenzó a cambiar y comencé a sufrir las consecuencias de mis irresponsables actos. Ya no pude estudiar en la mañana en el Liceo Javier, mi mala conducta me cerró las puertas. Así que mis opciones se redujeron, ya no podía optar a obtener otra media beca y estudiar en el colegio que hubiese querido, donde seguramente saldría con mejores oportunidades de empleo. A pesar de que en mi orientación vocacional las mejores opciones que tenía eran para estudiar un magisterio, preferí un bachillerato en computación, impulsado también por la moda que seguía mi familia, de que los estudios en computación abrían mejores oportunidades de trabajo.

Falta de decisión o de carácter o de un propósito en la vida, pero me dejé convencer de estudiar el bachillerato en computación, y en un colegio en el que mi tío había sacado algunos cursos, ni siquiera me molesté en buscar algo que realmente me gustara. Me inscribieron y comencé a estudiar una carrera que no me convencía demasiado, pero en realidad no analicé nada ni programé nada, solamente me dejé llevar. Ni siquiera me gustaba mucho la computación. Recién comenzaba a conocerla y a explorar porque mi tío acababa de comprar una computadora. Nunca antes había tenido una, y las clases que recibí cuando estudié no fueron las más agradables ni las más excitantes que tuve. Afortunadamente, he sido un buen autodidacta toda mi vida, y desde que tuve la máquina a mi alcance todos los días en mi casa, comencé a explorar por mí mismo y descubrir cosas que me hacían querer saber más y más. Descubrir que se es bueno en algo es el mejor motivador a la perfección.

Entré a un colegio nuevo, lejos de mi casa por primera vez, de hombres y mujeres por primera vez, con un nivel académico un poco más bajo, y en el que aprendería muchas cosas nuevas, no sólo en cuanto a las materias se refería, sino respecto a las mujeres, la vida y yo mismo. Al nacer comenzamos un viaje que no termina hasta nuestro último suspiro.

25 de junio de 2009

De Noche Para Siempre (XXII)

En fin, a mis quince años terminé mis "básicos" y salí del Instituto San Ignacio siendo lo que básicamente sería el resto de mi vida. Salí siendo roquero, iconoclasta, loco e inútil para el amor, escritor, amante del arte y sobre todo la música, demasiado rebelde como para triunfar, con un pensamiento crítico bastante sarcástico y algo pesimista, con ansias por la psicología, dibujante, ensimismado, y preocupado por esos misterios fantásticos que son la realidad y el Ser Humano.

Por esa época tomé la costumbre de subir a la terraza de mi casa durante la noche y observar el cielo. Me gustaba salir y sentir el viento, acostarme sobre la terraza y observar la negrura de una noche que me sobrecogía. A veces había luna llena y el cielo estaba nublado. Me gustaba observar fijamente la luna hasta que aparecía por detrás de las nubes que recorrían pesadamente el cielo, con paciencia, sin prisa. A veces estaba despejado y la luna llena era la dueña del cielo, y parecía murmurarme cosas, con una luz hipnotizante, verdadera y falsa a la vez. A veces no había luna, sólo muchas estrellas que parecían contar muchas historias distintas a las que había que poner atención una por una.

En esos viajes a mi interior fue que descubrí algo sumament importante. Al observar el cielo enorme, la oscuridad inmensa, las estrellas tan lejanas, me di cuenta de la insignificancia de nosotros. Me di cuenta de que nuestra existencia es mínima, y que prácticamente no tiene ninguna trascendencia. La existencia de cada quién no tiene la más mínima importancia, y prácticamente todos seremos olvidados. A pesar de que mis hijas y quizá mis nietos me recuerden, tarde o temprano me diluiré en el tiempo, que es implacable. Por eso vale la pena vivir la vida, porque es nuestra y única, porque no tendrá total trascendencia para nadie más que para nosotros mismos. Al final, a nadie le importará lo que hicimos con nuestra vida más que a nosotros, que tendremos nuestros recuerdos acompañándonos hasta la hora de nuestra muerte, en que sabremos si fuimos leales a nuestra persona, o si nos sentiremos falsos y vacíos. Es a nuestra alma a quien primero rendiremos cuentas.

22 de junio de 2009

Vasos Vacíos

Creo que es la última de este recuento de mis canciones de aquella época. Se puede conocer a alguien por la música que le es importante. Para mí, siempre hubo vasos vacíos o con agua de la ciudad, y sigo esperando encontrar a alguien con quien pueda compartir agua de río mezclada con mar. Ojalá les guste si no la conocían, y la pueden descargar de aquí.

No sé bien qué día es hoy,
sólo sé que te vi salir
y en 5 minutos perdí
las letras para hablarte a vos.

Yo sé que no tengo palabras
y nunca las voy a tener
por eso aprovecho esta noche
ya ves estoy sola otra vez.

Por eso aprovecho esta noche
tal vez lo puedas entender
no me importa poner las letras
sólo me importa mi mujer.

Mañana cuando te levantes
y pienses lo que dije ayer
ay viejo, en este juego
a mi siempre me toca perder.

Siempre habrá vasos vacíos
o con agua de la ciudad
la nuestra es agua de río
mezclada con mar,
levanta los brazos mujer
y ponte esta noche a bailar
que la nuestra es agua de río
mezclada con mar.

21 de junio de 2009

Hand in my Pocket

Para satisfacción de muchos, un estilo de vida más que una canción. Un punto de vista respecto de la realidad y de quiénes somos. Una actitud, una invitación a vivir de cierta forma. Perfecto. Para descargar, clic aquí.

I'm broke but I'm happy

I'm poor but I'm kind
I'm short but I'm healthy, yeah
I'm high but I'm grounded
I'm sane but I'm overwhelmed
I'm lost but I'm hopeful baby

What it all comes down to
Is that everything's gonna be fine fine fine
I've got one hand in my pocket
And the other one is giving a high five

I feel drunk but I'm sober
I'm young and I'm underpaid
I'm tired but I'm working, yeah
I care but I'm worthless
I'm here but I'm really gone
I'm wrong and I'm sorry baby

What it all comes down to
Is that everything's gonna be quite alright
I've got one hand in my pocket
And the other one is flicking a cigarette

What it all comes down to
Is that I haven't got it all figured out just yet
I've got one hand in my pocket
And the other one is giving the peace sign

I'm free but I'm focused
I'm green but I'm wise
I'm shy but I'm friendly baby
I'm sad but I'm laughing
I'm brave but I'm chicken shit
I'm sick but I'm pretty baby

And what it all boils down to
Is that no one's really got it figured out just yet
I've got one hand in my pocket
And the other one is playing the piano

What it all comes down to my friends
Is that everything's just fine fine fine
I've got one hand in my pocket
And the other one is hailing a taxicab...

19 de junio de 2009

Zero

"El vacío es la soledad, la soledad es la pureza, la pureza es Dios, y Dios está vacío... así como yo." Para muchos la frase debe ser algo insultante o blasfema o quién sabe qué más. Para mí, es oscura y profunda, es una especie de reflejo de mi corazón. Otra de tantas canciones que nunca me dejarán. No sólo el sonido, la fuerza visceral de la canción, sino el mensaje que en mi oscura adolescencia me hizo sentir parte de algo especial. Para descargarla, un clic aquí.

My reflection, dirty mirror
There's no connection to myself
I'm your lover, I'm your zero
I'm the face in your dreams of glass
So save your prayers
For when we're really gonna need'em
Throw out your cares and fly

Wanna go for a ride?

She's the one for me
She's all I really need
Cause she's the one for me

Emptiness is loneliness, and loneliness is cleanliness
And cleanliness is godliness, and god is empty just like me

Intoxicated with the madness, I'm in love with my sadness
Bullshit fakers, enchanted kingdoms
The fashion victims chew their charcoal teeth

I never let on, that I was on a sinking ship
I never let on that I was down

You blame yourself, for what you can't ignore
You blame yourself for wanting more

She's the one for me
She's all I really need
She's the one for me
She's my one and only

18 de junio de 2009

Interstate Love Song

Otra canción clásica de "mis tiempos". Me gusta dar a conocer canciones que me marcaron tanto, a veces compartir experiencias es más claro que contarlas nada más. Al escucharla con atención, resulta una verdadera "canción de amor interestatal". Ese sonido de guitarra siempre lo he tenido en las entrañas, siempre lo siento así. Para descargar, pueden hacer clic aquí.

Waitin', on a Sunday afternoon
For what I read between the lines
Your lies

Feelin', like a hand in rusted shame
So do you laugh, or does it cry?
Reply

Leavin', on a southern train
Only yesterday, you lied
Promises of what I seemed to be
Only watch the time go by
All of these things you said to me

Breathin', is the hardest thing to do
With all I've said and all that's dead for you
You lied, good bye

Leavin', on a southern train
Only yesterday, you lied
Promises of what I seemed to be
Only watch the time go by
All of these things I said to you

17 de junio de 2009

Barely Breathing

Una de mis canciones favoritas de siempre. A cargo de Duncan Sheik. Cada vez que la escucho me hace sentir algo, y casi siempre se me ocurre alguien a quien la puedo dedicar. Es de esas canciones que se escuchan y hasta se cantan con los amigos. Para descargar, clic aquí.

I know what you'e doing,
I see it all to clear
I only taste the saline
when I kiss away your tears
You really had me going,
wishing on a star
But the black holes that surround you
are heavier by far

I believed in your confusion,
you were so completely torn
Well it must have been that yesterday
was the day that I was born
There' not much to examine,
there' nothing left to hide
You really can't be serious
if you have to ask me why
I say good-bye...

'Cause I am barely breathing
And I can't find the air
I don't know who I'm kidding
Imagining you care
And I could stand here waiting
A fool for another day
But I don't suppose it's worth the price, worth the price
The price that I would pay

Everyone keeps asking,
what's it all about?
I used to be so certain
and I can't figure out
What is this attraction?
I only feel the pain
There's nothing left to reason
and only you to blame
Will it ever change?

'Cause I am barely breathing
And I can't find the air
I don't know who I'm kidding
Imagining you care
And I could stand here waiting
A fool for another day
But I don't suppose it's worth the price, worth the price
The price that I would pay
But I'm thinking it over anyway...

I've come to find
I may never know
Your changing mind
Is it friend or foe?
I rise above
Or sink below
With every time
You come and go
Please don't come and go

'Cause I am barely breathing
And I can't find the air
I don't know who I'm kidding
Imagining you care
And I could stand here waiting
A fool for another day
But I don't suppose it's worth the price, worth the price
The price that I would pay
But I'm thinking it over anyway

15 de junio de 2009

De Noche Para Siempre (XXI)


Smashing Pumpkins, Bush, Pearl Jam, Nirvana, Metallica, Green Day, Duncan Sheik, Silverchair, Alanis Morissette, Incubus, Stone Temple Pilots y más de alguno que se me estará perdiendo en la confusión y la memoria.


Mis quince años también fueron de alguna manera el comienzo de mi verdadero contacto con el rock. De niño había escuchado música para niños, música como salsa y merengue, tuve también mis años en que escuché pop y el rock que mi tío me obligaba a escuchar. Recuerdo que estaba en mis años de primaria, y mi tío se levantaba y ponía la radio con bastante volumen en su estación de rock ochentera favorita. No podía evitar que lo hiciera, y dormía en la misma habitación, por lo que tampoco podía evitar escuchar. Creo que por eso siento rechazo por esa música hasta hoy en día. En general, por la música de los ochentas.


Pero llegaron los noventas y llegué a conocer el rock. Creo que fue por la televisión que conocí bastante, por un canal local de videos. Conocí el grunge y todos esos artistas que me hacían sentir. Creo que los roqueros siempre tenemos algo que nos enoja, y es lo que hace que sintamos el rock. Música que se siente con las vísceras antes que con la cabeza o incluso con el corazón. Se siente en el estómago, en los intestinos, y es un filtro de tus emociones. ¡Cuánta música que me hizo sentir! Tristeza, alegría, enojo, energía, nostalgia. Todos nos sentimos parte de la generación en la que vivimos en parte por nuestra música. Cuando escuchamos una canción creada por alguien que comparte tus frustraciones, tus sueños, tus deseos, nos sentimos parte de algo, y menos solos.


Tengo mi opinión, y creo que los que la salsa y música por el estilo es de gente que se la pasa en fiesta y teniendo sexo, de eso habla esa música. Amor cursi, y "te extraño en mi cama". El pop es para gente cuyo problema más grande es que les rompieron el corazón cuando los vieron feo. El hip-hop es gente con verdaderos problemas, drogas y asesinatos. El rock es para gente que odia y que le gusta ser distinos a los demás. Es una generalización injusta y arbitraria, que quizá aclare y extienda otro día, pero básicamente es lo que pienso. Yo me hice parte del rock, y no lo dejaré jamás.

14 de junio de 2009

De Noche Para Siempre (XX)

Durante la adolescencia me volví bastante retraído con mi familia. Fue cuando me separé mentalmente de ellos y comencé a diferenciarme cada vez más. Mi mamá es el tipo de persona que sonríe con todos y que no encuentra ninguna dificultad en entablar conversaciones. Yo soy todo lo contrario, no suelo conversar con exraños y me cuesta mucho entablar relaciones sociales. Mi familia es muy sociable, y me casé con una mujer muy sociable también, pero yo carezco de ese talento. Cuando encuentro una persona que me agrada, no me cuesta tenerle confianza, pero los primeros pasos son los que siempre me son tan difíciles...

Una buena oportunidad que tuvieron para "interrogarme" fue la primera vez que me embriagué. Fue en la celebración de los 15 años de mi amigo Ángel. Le hicieron una fiesta en su casa, y yo fui invitado. En esa época nos sentábamos cerca en el aula, y nos fuimos haciendo amigos. Compartimos suficientes cosas como para que me invitara a su casa en esa ocación. Mi intención no fue embriagarme, y ni siquiera fue mi idea en ningún momento. Es cierto que a esa edad ya fumaba, pero nunca se me había ocurrido en serio, beber. Asistí a la fiesta, me llegaron a traer. Conocí a familia que no conocía, a una prima de él con quien hubiera socializado mejor si hubiese tenido más experiencia. Bailé y me divertí mucho.

Todo comenzó, y en realidad todo fue responsabilidad de un primo de mi amigo, que cada vez que nos veía nos invitaba a tomar un trago más. De hecho, creo que nos buscaba para saber si aún teníamos algo qué beber o ya no, para servirnos el siguiente. Yo nunca había bebido, y me sentía en confianza, por lo que no sentí en ningún momento que debía medir o controlar lo que bebía y la cantidad. Terminé hablando mucho, al contrario de mi diario vivir, y dando varias anécdotas qué contar a mi amigo y su familia. Nada serio, pero mi lado gracioso sale con más confianza cuando bebo.

Una de las anécdotas fue que, cuando ya habían decidido que era bastante, la mamá de mi amigo me preguntó si quería algo para que me fuera "pasando el efecto", y yo contesté que era la primera vez que estaba así, que quería disfrutarlo. Otra anécdota es que le econtré parecido a un actor de televisión, a un pariente de mi amigo, y me empeciné en la idea (y en decírselo) durante quién sabe cuánto. Al final, feliz por la experiencia y después de recordar canciones que me gustaban mucho, me devolvieron a mi casa. Entré, mi mamá me recibió y lo primero que le dije cuando me llevó a la habitación fue "me dieron de tomar". Me calló y me hizo acostar. Yo tenía tantas ganas de hablar en ese momento... Lástima, al día siguiente ya era el mismo de siempre.

12 de junio de 2009

De Noche Para Siempre (XIX)

Yo bailaba. Y no era tan malo, en mi opinión. Como dije, 1995 fue un año de muchas primeras cosas, y marcó mi ser en más de un aspecto. También fue el primer año en que fui a una fiesta propiamente dicha, y bailé por primera vez en público.

Yo asistía al Instituto San Ignacio, y al lado estaba el colegio Monte María, donde hice mi primaria en una Escuela dentro del colegio. La institución era sólo para mujeres, fuera de dicha escuelita. No sé cómo alguien se enteró de que habría una fiesta, ni siquiera recuerdo la ocasión, pero decidimos que iríamos. Era una de esas cosas que se quiern experimentar, aunque no se tenga ni idea del resultado que se obtendrá, ni cómo reaccionará uno mismo. A veces puedo recordar si una palabra o una frase de un libro estaba en la parte superior o inferior de la página, en la página derecha o izquierda, pero no recuerdo ni siquiera qué día fue la fiesta, sólo recuerdo que fue por la tarde. Creo que de algunas cosas recuerdo más lo que sentí que los datos en sí.

En fin, fuimos y comenzó el baile luego de algún tiempo. Niños de 13, 14, 15 años practicando para cuando fuesen mayores. La proverbial línea de mujeres frente a la línea de hombre, todo con bastante orden. Risible. Me animé junto con algún amigo a sacar a bailar a alguien, y nos unimos a las correspondientes filas. Comencé a bailar, y luego de unos minutos uno de mis compañeros de grado, con cierta fama de bailar bien, me hizo un gesto de "bailás bien, Abuelo..." y yo me sentí genial. Si tenía algún miedo, desapareció.

Bailé con un par de parejas y, asombrosamente para mí y quizá no sólo para mí, terminé bailando con dos mujeres. No mujeres, pues, tenían más o menos nuestra edad. Pero de pronto me encontré en una situación envidiable en la primera fiesta a la que asistía. Resulta que la señorita dudaba en aceptar mi invitación a bailar porque pronto se casaría, así que una amiga salió en su apoyo, y terminé bailando con dos. ¿Suerte? Seguramente, pero supongo que ese buen comienzo hizo que me encantara salir a bailar y tuviera la confianza en mí mismo al hacerlo, y la tranquilidad que siempre me caracterizó. Ahora me hace falta hacerlo, pero nada más con mis piernas. Mi mente baila tanto a veces...

11 de junio de 2009

Vicioso


Hablando de vicios y adicciones, yo nunca he sido un hombre que los tenga. Creo que el tener un vicio implica la pérdida del control. Cuando uno tiene un vicio, es "eso" lo que lo controla a uno. Si es el cigarro, eso como si el cigarro controlara cuándo lo fumamos, y no nosotros. Es como si el alcohol decidiera cuándo lo bebemos, y no al contrario. Perdemos el control, y no podemos decidir por nosotros mismos cuando ver televisión, o usar la computadora, o jugar un videojuego, o incluso estar con una persona. El control de nosotros mismos nos libera de todos los vicios.


¿Cómo saber si tenemos un vicio? Fácil. Lo único que tenemos que hacer es demostrarnos a nosotros mismos que tenemos el control. Que nuestra fuerza de voluntad es suficiente para decidir. Si nosotros podemos decidir cuándo fumar, cuándo beber, cuándo encender y apagar la televisión, cuándo llamar a esa persona, cuándo jugar, cuándo "conectarnos", significa que no tenemos un vicio.


Yo comencé a fumar cuando tenía once o doce años. Lo hice por experimentar y lo hice a mi modo, sin que nadie me enseñara o me dijera qué hacer o no. Nunca se me volvió un vicio, y a la fecha prácticamente lo dejé. Así como podía fumar más de un cigarrillo al día (aunque creo que nunca llegué a fumar más de cuatro), también podía pasar hasta medio año sin fumar. Lo mismo me ha sucedido con la bebida, y me siento orgulloso de que así sea. Sé que no necesito de la televisión o la computadora. No necesito de las bebidas carbonatadas, el chocolate... nada. Yo decido cuándo, y a veces yo mismo me hago "pruebas". Háganlo, veamos si pueden: apaguen la televisión diez minutos antes de que termine un partido, decidan dejar de ver el último capítulo de la telenovela, los últimos quince minutos de la película. Dejen de fumar una semana, de beber un mes. Usen una computadora sin conectarse, decidan jugar sólo una hora y cúmplanlo. Demuestren que su fuerza de voluntad no necesita de nada, sino que puede elegir. Y no se lo tienen que demostrar a los demás, demuéstrenselo a sí mismos.

10 de junio de 2009

De Noche Para Siempre (XVIII)

Genio criminal. Sabíamos el riesgo que corríamos, así que no abusamos de nuestra suerte y no quisimos jugar a que nos suspendieran o incluso que nos expulsaran del instituto. Sin embargo, disfrutamos de otra escapada para recordar.

Ya mencioné que el edificio en que el estaban nuestras aulas era de tres niveles. Nosotros estábamos hasta arriba y eso se sentía bien. El edificio de al lado era de dos niveles, de modo que el tercer nivel del nuestro daba a la terraza del otro edificio. En éste se encontraba la capilla, en el extremo opuesto de donde estaban nuestras aulas, lo suficientemente lejos. Nosotros adquirimos la costumbre (creo que, para variar, por iniciativa mía) de pasarnos de un edificio a otro. Había un pequeño espacio y, por supuesto era emocionante pasarse a la terraza del otro edificio, sobre todo cuidando que nadie nos viera. Eso lo hicimos varias veces a la hora del receso, y recuerdo una ocasión en que me avisaron que se aproximaba una maestra, así que tuve que tirarme acostado sobre la terraza esperando que no me vieran, y tratar de escuchar atentamente lo que pasaba en el otro edificio. Estuve acostado un tiempo eterno y hasta me pareció escuchar la voz de la maestra, pero no me moví para nada. Después de unos minutos, un compañero (cómplice) me avisó que todo estaba bien, y regresé al edificio que me correspondía, un poco más viejo.

Se imaginarán que el siguiente paso era subir a la terraza del otro edificio, al mismo tiempo que nos escapábamos de misa. Subir a la terraza e ir hasta el lugar que estaba sobre la capilla, mientras la misa ourría: éxtasis total. Afortunadamente, el plan salió bien. Nos escapamos, nos subimos a la terraza, sigilosamente nos colocamos sobre el techo de la capilla, todo perfecto. Y tan emocionante que no lo repetimos. Algunos se hacen adictos a las emociones, otros las disfrutamos y sabemos cuándo parar.

9 de junio de 2009

De Noche Para Siempre (XVII)

Una de mis historias favoritas de cuando tenía esa edad (15) es que fui el autor intelectual de una escapada memorable (y súper secreta) dentro del instituto. Ya conté la escapada de la clase de computación por quedarme en la piscina, pero esa historia es poco en comparación.

El instituto era dirigido por jesuitas, sacerdotes católicos bastante estrictos. Teníamos una misa a la semana, en la capilla del colegio. Y a mí se me ocurrió que sería divertido escaparse de ella. Mi línea de pensamiento fue más o menos la siguiente: cuando íbamos a misa, lo hacíamos ambas secciones, A y B, y no teníamos asientos asignados en la capilla, de modo que no había forma de que nadie se diera cuenta de si estábamos o no. Nadie notaría la ausencia en el desorden. Además, era en el mismo desorden que nos dirigíamos a la capilla, así que ni siquiera había modo en que se dieran cuenta si íbamos o no. Se me ocurrió, como muchos lo hacían, que "pasaríamos al baño" antes de ir a la capilla, pero nos quedaríamos allí escondidos hasta no escuchar a nadie, y saldríamos después. Así lo hicimos, y esperamos el tiempo suficiente como para que todos entraran a la capilla y nadie notara que estábamos afuera. Nuestro grado era el que ocupaba el nivel más alto del edificio, y no pasábamos frente a las aulas para bajar las escaleras. ¡Todo era perfecto!

Bajamos y, como el colegio era grande, nos fuimos a la parte donde funcionaba la primaria por las mañanas, cerca de la piscina. A esa hora estaba desocupada toda esa parte. Paseamos, hablamos y nos sentimos especiales al romper de ese modo las reglas. Luego de un rato regresamos, y teníamos que pasar delante de la sala de maestros para regresar, eso sí. Fue lo más emocionante cruzarnos por enfrente de la puerta abierta "sin que nos miraran". No sé si lo hicieron, pero no pasó nada. Regresamos al baño, a esperar que terminara la misa. Terminó, nos mezclamos de nuevo entre todos y regresamos a las aulas. Yo no cabía en mí, y me sentí tan orgulloso al hablar con mis cómplices a la hora de salida. Nadie se había dado cuenta de nada.

La única forma en que podrían descubrirnos, sería a la hora de asignar las lecturas para la misa. Una semana asignaban a una sección, otra semana a la otra. Sólo debíamos ausentarnos cuando no asignaran lecturas a nuestra sección. De lo contrario, podrían descubrirnos al llamarnos para las lecturas y no estar. Me sentí tan bien pensando en todo... Fui un genio criminal durante un par de ocasiones.

8 de junio de 2009

De Noche Para Siempre (XVI)

Mis quince año marcaron un verdadero cambio en mi vida. Creo que 1995 fue el año más significativo que he tenido. Se desató mi locura, la que nunca volvería a ocultarse. Fue ese año en el que más idioteces hice por el supuesto amor que sentía por mi maetra de inglés. Le escribía indirectas en las tareas, la buscaba siempre, dejaba mensajes en el pizarrón antes de que entrara a clase. Fui locamente estúpido, estúpidamente loco. Y no me sirvió de nada, excepto para avergonzarme a mí mismo.

Como he dicho muchas veces, yo gocé siempre de "inteligencia" y obtenía buenas notas. El instituto en el que estudiaba por las tardes era una versión más barata del colegio que lo patrocinaba, y que funcionaba por las mañanas. Los mejores estudiantes tenían la oportunidad de pasar del Instituto San Ignacio al Liceo Javier, y seguir sus estuios de Bachillerato. Yo era un joven perdido en sus pasione y confundido por todo en el mundo, y un día (ni siquiera formalmente) hice la apuesta de que me iba a quitar todo el pelo. Lo hice, y lo hice yo mismo con unas tijeras. Fui a estudiar, y los jesuitas no lo tomaron a gracia; me suspendieron un día, mi mamá tuvo que llegar al instituto y perdí automáticamente mi traslado a la mañana. Me gané la fama de rebelde sin causa o algo así. Bueno entre mis compañeros, nefasto para el colegio.

Asumí mi papel, y creo que fue uno de mis primeros descubrimientos psicológicos: que cuando las personas tienen una imagen de ti, terminas asumiendo ese rol. A veces es más fácil que tratar de demostrar que eres distinto. Quizá es una forma de darse por vencido. Entonces ya no era el "nerdo", era el loco. El chavo inteligente pero a la vez apasionado del arte y las cosas "extrañas", el joven torturado por demonios internos cuya lucha personal lo llevaría a la perdición. Me siento tan orgulloso de ello... Supongo que esa actitud autodestructiva fue la que también me llevó a intentar suicidarme ese año, y seguirlo intentando en mayor o menor grado durante algunos años más. Me gusta pensar que soy alguna especie de personaje enfermizo en una novela de Sábato. Siempre quise serlo, siempre me sentí así. Sobre todo por el triste final que siempre les esperaba.