Contacta al Abuelo



Para contactar directamente con el Abuelo, puedes enviar un correo a Vantum@Gmail.com

5 de diciembre de 2009

De Noche Para Siempre (LXXV)

Mi relación con María, mi primera hija, siempre fue buena. Yo siempre he sido de la opinión de que los únicos niños bonitos son los propios, y que son los únicos que realmente toleras, al igual que los hijos de quienes te caen muy bien. Casi siempre los mejores amigos o los parientes que aprecias de verdad. María de los Ángeles se convirtió en mi hija desde el principio, a pesar del miedo que yo tenía a fallar, a caerle mal, a no poder lidiar con una criatura tan pequeña y ajena.


Recuerdo un día en que comenzamos a llevarnos realmente bien. Fue un día en que, haciendo uso de mi facilidad para dibujar, comencé a dibujar para ella en el suelo del patio con un trozo de yeso (tiza, como gusten). Terminé dibujando suficientes peces como para llenar el mar de ese patio. Y valió la pena.


Y el día más grande para mi relación con ella fue un día que de otro modo sería de un mal recuerdo. Fue la primera ocasión en que me dijo "papá". No sé si fue con complicidad de Sugey, pero lo hizo. Estábamos los tres compartiendo un rato, y en un momento cualquiera María me dijo "papá" en lugar de "Luis". Sugey y yo cruzamos una mirada de completa felicidad y yo sentí que recibía un premio eterno.


Sin embargo, ese mismo día María llevaba un vaso con agua, el cual se quebró por accidente y le cortó la mano. La cortada habrá sido de unos dos centímetros o centímetro y medio. Salía mucha sangre y ella lloraba bastante. Hubo que llevarla al hospital y le pusieron puntos. Fue un día y una noche bastante difíciles, pero sigue siendo algo así como un buen recuerdo, porque des pués de todo fue el primer día en que me dijo papá.


No hay comentarios: