Durante 1,999 y 2,000 trabajé en el Colegio Amor y Sabiduría, en Villa Nueva. El colegio es propiedad de los padres de un amigo mío, Mario René. En aquella época nos frecuentábamos más y éramos más unidos. Hoy en día casi he perdido contacto con él. Durante el tiempo que laboré en ese lugar aprendí mucho. La mamá de mi amigo, la directora, me enseñó muchas cosas que no aprendí en el año anterior, cosas que me sirvieron durante todos los años subsiguientes en que trabajé como maestro.
El año anterior algunas alumnas habían mostrado cierto interés por mí. Varias de ellas no me interesaban. Y algunas de las que me interesaban no mostraron interés por mí. Como fuera no importaba, pues yo estaba muy enamorado de mi novia y no le sería infiel. Al año siguiente me casé, y las cosas de todos modos no pintaban como para serle infiel a mi esposa. Con el tiempo supuse que la falta de interés de mis alumnas sería por mi edad, que yo era mayor y por eso no mostraban el mismo interés. Después me di cuenta de que era mi estado civil el que las alejaba. Y tenían razón, el que estaría siempre equivocado era yo.
En 1,999 quien mostró interés por mí, un poco más de lo debido debo decir, fue una alumna llamada Cindy. Me lo dijo, pobre niña con problemas, en el colegio, sin indirectas ni recursos aniñados. Me dijo que yo le gustaba y que deseaba que fuera su novio. Obviamente yo le dije que no me interesaba, y pensé que ahí terminaría todo. No fue así, tiempo después me enteré de que ella decía por ahí que yo era su novio, que la quería y todo eso. Fue mi primer escándalo colegial, sin fundamentos y con toda mi inocencia por primera vez.
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