Contacta al Abuelo



Para contactar directamente con el Abuelo, puedes enviar un correo a Vantum@Gmail.com

10 de febrero de 2009

#1 Cartas Insolentes

Y tú que lo borrabas todo,
que te devorabas al mundo,
con tu mirada tan alerta y tan tuya...
Y que venías desde tan lejos,
para enender a mi alma deshilachada.
Ayer que te besé había vino blanco en tu boca,
y un deseo absurdamente obstaculizándome la vida.
¡Qué natural y qué extraño eso de que tú hayas
vuelto!
Estoy acostumbrada a amarte con un silencio
parecido al
que tienen las mariposas solas.
Te dejo mi sombra (una aguja afilada que hiere la
calle),
y que con ojos tristes examina los muros que te
circulan.
Te dejo mis dedos que recorrieron tus teclas, tu
vientre
y tu pecho habitado por todos mis sueños dormidos.
Te dejo todo porque me pesa en la espalda y
cautiva con
su insistencia a mi corazón ya un poco cansado.
Te dejo mis formas que siempre fueron tuyas,
mi tiempo que ya no es el de nadie,
mis soles y mis lunas, y mis claroscuros destellos...
Ven, pero ven ya, que te exijo que me devuelvas los
mil
abrazos que me debes,
las mil y una noches que nos faltan;
manosear mis tristes cicatrices.
¡Qué importa ya el mundo que gira desbocado!
Si yo me dejo a ti, y por si fuera poco,
te dejo mis alas a medio batir,
y un poco de la búsqueda de la fuente del orgullo
donde la
muerte muere. Y también entre grandes relámpagos,
algún llanto
que tuve como un poco de polvo entre las uñas.
Acepta esto como mi más frágil cordura.

Como lo único que me quedó de tanto tiempo...

ESTELLA DE MARÍA

(El poema no es mío, pero me encanta y creo que vale la pena que muchos lo lean.)

No hay comentarios: