La presentación del seminario. Como buen trabajo de investigación, debe realizarse una presentación de los resultados. Todo mundo se enterará del arduo trabajo que realizamos para cumplir con un requisito de graduación, el cual no importará a casi ninguno de los asistentes. Pero cumplimos y nos graduamos, es el verdadero objetivo.
No fui de nuevo el presidente del seminario, pero sí me dieron la oportunidad de ser el maestro de ceremonias para la presentación. Lo fui junto con mi mejor amigo del bachillerato, Gerardo. Fue una experiencia buena, ya antes había sido maestro de ceremonias en otras ocasiones, parecía tener cierta facilidad para el trabajo. Una de las mejores anécdotas que nos quedó, fue que nos dieron una técnica para impresionar al público. Se realiza una serie de preguntas y respuestas, donde el público pregunta y los "investigadores" responden. Para aparentar que todos nosotros nos sabíamos todo, un maestro nos sugirió que al realizarse una pregunta, todos levantáramos la mano como si supiéramos la respuesta, aunque no fuera así. Los que supieran de verdad la respuesta levantarían un dedo, los que no la supieran levantarían la mano extendida. El público no sabría el secreto, y se llevarían una buena impresión al ver que todos sabían todas las respuestas y todos estaban ansiosos por responder.
Sin embargo, alguien (no yo) tuvo la ridícula idea de que el método no era lo suficientemente sutil, y que debíamos encontrar la manera de que "no se notara" quién sabía la respuesta y quién no. Así que los que sabían colocarían el pulgar de cierta manera, y los que no, de otra. Todos con la palma extendida. El método no funcionó del todo bien. Después de la ceremonia algunos de mis compañeros me dijeron cosas como "yo no sabía la respuesta, ¿por qué me escogiste?". Sin embargo, sólo una equivocación fue obvia. Se hizo una pregunta que no recuerdo, y escogí a un compañero para la respuesta. Él contestó "las gráficas lo demuestran". La respuesta fue motivo de chiste durante el resto del año, y tuvimos la fortuna de filmar la presentación. Así que si no saben alguna vez una respuesta, pueden contestar LAS GRÁFICAS LO DEMUESTRAN.
No fui de nuevo el presidente del seminario, pero sí me dieron la oportunidad de ser el maestro de ceremonias para la presentación. Lo fui junto con mi mejor amigo del bachillerato, Gerardo. Fue una experiencia buena, ya antes había sido maestro de ceremonias en otras ocasiones, parecía tener cierta facilidad para el trabajo. Una de las mejores anécdotas que nos quedó, fue que nos dieron una técnica para impresionar al público. Se realiza una serie de preguntas y respuestas, donde el público pregunta y los "investigadores" responden. Para aparentar que todos nosotros nos sabíamos todo, un maestro nos sugirió que al realizarse una pregunta, todos levantáramos la mano como si supiéramos la respuesta, aunque no fuera así. Los que supieran de verdad la respuesta levantarían un dedo, los que no la supieran levantarían la mano extendida. El público no sabría el secreto, y se llevarían una buena impresión al ver que todos sabían todas las respuestas y todos estaban ansiosos por responder.
Sin embargo, alguien (no yo) tuvo la ridícula idea de que el método no era lo suficientemente sutil, y que debíamos encontrar la manera de que "no se notara" quién sabía la respuesta y quién no. Así que los que sabían colocarían el pulgar de cierta manera, y los que no, de otra. Todos con la palma extendida. El método no funcionó del todo bien. Después de la ceremonia algunos de mis compañeros me dijeron cosas como "yo no sabía la respuesta, ¿por qué me escogiste?". Sin embargo, sólo una equivocación fue obvia. Se hizo una pregunta que no recuerdo, y escogí a un compañero para la respuesta. Él contestó "las gráficas lo demuestran". La respuesta fue motivo de chiste durante el resto del año, y tuvimos la fortuna de filmar la presentación. Así que si no saben alguna vez una respuesta, pueden contestar LAS GRÁFICAS LO DEMUESTRAN.
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