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18 de noviembre de 2009

De Noche Para Siempre (LXIX)

Recuerdo que la que era mi novia en aquel tiempo tuvo problemas en su empleo y fue despedida. En parte la ayudé a conseguir otro, y terminó en un lugar que no me gustaba del todo. Y pues, resultó que en ese lugar su jefe la acosaba sexualmente, y yo escuchaba sus historias y la seguía acompañando al trabajo o iba a esperarla en su hora de salida. Me contó que incluso él le ofreció trabajo como "dama de compañía". Y yo decidí que ella no tenía por qué soportar eso.


Un amigo mío de aquellos días era hijo de los dueños de un pequeño colegio cerca de Villa Nueva, donde vivía mi novia. Yo no tenía empleo y el de mi novia era pésimo, así que hablé con él y su mamá, la directora del colegio. Nos dieron la oportunidad a ambos, y fue así como introduje a mi novia -futura esposa- en el mundo de la educación. Siempre había sido secretaria, o empleos semejantes, no tenía realmente idea de lo que era ser maestra.


Entonces comenzamos el año 1,999 trabajando como maestros en el mismo colegio. Ella aprendiendo a ser maestra y yo también aprendiendo, pues eran niños y yo nunca había trabajado en esa área, sólo con adolescentes y adultos. Pero debo decir que la experiencia fue muy buena, aprendí mucho de la directora, cosas que utilicé siempre en los años posteriores que seguí en la docencia.


No lo sé, el sueldo de los maestros siempre es bajo en comparación con el trabajo de secretaria y otros de oficina. No sé si le hice un bien o un mal al cambiarla de ambiente de trabajo. Parecía disfrutar la docencia, el ambiente de trabajo con niños o jóvenes. Después tuvo otros trabajos como docente. Uno no sabe si las personas que conoció estarían mejor o peor si no te hubieras topado con ellas. Si serían menos o más felices.


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