Recuerdo que cuando estaba en primaria, en los últimos años mi mejor amigo era el "peor estudiante" de la clase. El que reprobaba las clases, el que se "portaba mal". Quizá a veces abuso de las comillas, pero en este mundo simplemente ya no sé qué será lo bueno y lo malo. No sé encasillar, y a veces me sorprende lo que piensan las personas. En fin, mi mejor amigo era él, y reprobó ese año. No continuó con nosotros. Cuando estuve en primero básico, mis dos mejores amigos tampoco pasaron al siguiente año. El siguiente año, me hice muy amigo de alguien que tampoco continuó. ¿Hay un patrón aquí o qué?
Creo que muchas veces supe hacerme amigo de quienes no eran buenos estudiantes, quién sabe si por su personalidad, porque teníamos cosas en común (¿?) o porque era una forma de rebeldía. Una forma de ser "mala persona" al mismo tiempo que me mantenía en los primeros lugares académicamente. Quizá sí teníamos cosas en común, tal vez yo era un pésimo estudiante, pero tenía la ventaja de la buena memoria o lo que sea, y eso me hacía ser como ellos y tener, sin embargo, buenas notas. Sonará a que me jacto, y quizá por eso lo hacía, para demostrar que siendo un mal estudiante podía obtener buenas notas. Pura vanidad, pero funcionaba y nadie pretendía que cambiara. Al contrario, es lógico que entre niños de esa edad más bien causaba asombro que fuera tan ambiguo.
Al final, mis mejores amigos han sido estudiosos. Me interesa la literatura, los idiomas, la buena televisión, el buen cine, la buena música (¿dónde quedaron las comillas?), y me apasionan las cosas científicas y el conocimiento en general. Mi intelecto fue intelecto al fin, pero supongo que con mi pésima actitud dejé pasar muchas buenas oportunidades de tomar otro camino en mi vida. Definitivamente suena a una autobiograía derrotista, pero en algún capítulo encontraré la redención. Todos lo hacemos.
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