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3 de mayo de 2009

De Noche Para Siempre (VII)

Cuando estaba en mi primer año de práctica, en el año 2,000, en una actividad me preguntaron cuál era mi mejor recuerdo de la niñez. Escribí que fue la ocasión en que fui el mejor en algo que no fuera los estudios. Triste, pero cierto. Siempre sentí que valía sólo por mi inteligencia, como si fuera lo único bueno que pudiera dar de mí. Tanto, que en la práctica así ha sido estos 29 años. Así que ser el mejor en algo distinto a lo académico resultó fantástico para mí.

Habían varios juegos para niños en la escuela primaria a la que fui, la Escuela de Aplicación Monte María. Eran de esos en los que uno escala, se cuelga y cosas por el estilo. Había uno en el que competíamos colgados, luchando entre nosotros con las piernas por ver quién botaba al otro primero. Fui bueno en eso, y siempre que aparecía un retador (amigo, al fin, pues éramos pocos), lo vencía. Ser el mejor en eso, sentirme el mejor en algo que no fueran "las notas" me hacía sentir mejor conmigo mismo. También me gustaba tocar la flauta, me gustaba practicar y ser felicitado por el maestro, que en una ocasión dijo que quizá en mi vida anterior había sido "moro".

No me gusta el fútbol, los autos, las telenovelas, el reguetón, las luchas, en general las cosas que a la mayoría les gusta. Nunca tuve las cualidades o los gustos o el desempeño que las personas "normales" tenían, por lo que gran parte de mi esfuerzo diario era por ser "normal" a la vez que yo mismo no comprendía mi esfuerzo. Siento que hay mucha desgracia en la inteligencia, mucho de "darse cuenta" de cómo son las cosas, y no vivir en la felicidad de la ingenuidad. Pero, al final, prefiero ser lo que soy que abandonar lo que tengo ahora. Prefiero ser más inteligente y no más feliz, por la comprensión del mundo y la realidad que tengo. Quizá si fuera "normal", hubiera sido derrotado ya por esta enfermedad, pues he visto en el hospital cuán débil es la gente "normal" con enfermedades como esta. Toda mi vida lamenté no poder ser "normal". Hoy todavía no puedo, pero tampoco lo lamento.

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