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31 de marzo de 2010

De Noche Para Siempre (XCII)

En el año 2,002, cambié dos veces de trabajo para conseguir uno que me permitiera realizar mis prácticas de Psicología. Hasta en mayo conseguí por fin trabajo en el Colegio Mesoamericano, que era lo suficientemente bueno. Era un colegio amplio, con árboles, muchas plantas. Muchos alumnos eran de familia adinerada, así que padecían de prepotencia, desinterés por la vida y carencia de metas. También habían muchas buenas personas, para equilibrar.



Recuerdo cómo los alumnos controlaban mucho de lo que sucedía en el colegio, con sus actitudes prepotentes, sabiendo que el dinero es el que dirige a la mayoría de las personas. Yo no era así, y supongo que eso me ha ayudado en muchas situaciones, pero también me ha impedido crecer en este mundo lucrativo. Se puede crecer con honestidad, pero yo no he sabido hacer eso tampoco.


Conocí a G., y como un juego me involucré con ella. Tenía muchos problemas, y creo que fue ahí cuando comencé a darme cuenta de que eso me gusta, porque me gusta ayudar, apoyar, proteger... pero al mismo tiempo me involucraba sentimentalmente y así es que cometía errores. En fin, tenía muchos problemas que yo no iba a solucionar. La llamé mi Princesa, y por un momento me sentí mal por fallarle y decidir continuar con mi esposa. Tomé la decisión correcta, dadas las circunstancias.


Nos besamos una sola vez. Y aunque parezca mentira fue, de nuevo, una aventura más bien platónica. Es una lástima y una verdadera pena que un matrimonio peligre por algo así. Mi Princesa, me dolió tanto su despedida. No la pude salvar.


25 de marzo de 2010

De Noche Para Siempre (XCI)

Mi práctica psicológica fue muy importante, y en el año 2002 por fin regresé a ella. Había conseguido un empleo en un buen colegio, donde estaba inaugurando cátedras que no habían sido impartidas antes y que tenían que ver con Psicología. Debía trabajar usando saco y corbata, tenía varios compañeros de trabajo interesantes y comenzaba a tener muy buena relación con la mayoría de mis alumnos. Era la primera vez que mis alumnos me celebraban mi cumpleaños, y me sorprendían de verdad.



Sin embargo, cuando me inscribí en la práctica me enteré de que el horario había cambiado, comenzaba media hora antes, y esto interfería con mi horario de trabajo. La decisión era bastante obvia, después de haber huido de la práctica ahora estaba en primer lugar. Debí abandonar el trabajo, y buscar otro que me permitiera realizar mis prácticas.



Encontré otro empleo, que pudo haber sido mejor, en el Instituto Cristiano Guatemalteco. Ni siquiera iba todos los días, y mi horario me permitía entrar más tarde y salir más temprano del trabajo. Aún así, fue la peor experiencia que tuve en lo laboral hasta ahora. Me trataban con distancia y hasta cierto desprecio por no compartir su religión, no existía un salón de maestros, los alumnos tenían un pésimo comportamiento y eran casi 60 por aula. No tenía mi propio material para dar clases, sino que debía compartirlo con otros maestros, y cuando algunas cosas se perdieron, me culparon a mí. Era tremendamente incómodo trabajar en ese lugar, y eran los compañeros maestros y directores más que los alumnos quienes hacían que uno se sintiera mal. Así que lo dejé. Y al final, la cifra que me iban a dar como liquidación era tan ridícula que me fui sin recibir nada.



Fue en mayo que conseguí al fin otro trabajo, en un lugar con muchos árboles, con un laboratorio de computación respetable, y un horario que me permitía llegar a tiempo a la práctica. Los alumnos en general eran de buena posición económica, y por lo tanto muchos eran engreídos y prepotentes. Pero, cuando los compañeros de trabajo te hacen sentir bien, los alumnos pasan a un segundo plano.


23 de marzo de 2010

Traumas de la Niñez

Algunas cosas me han recordado últimamente mi posición respecto a los traumas de la infancia. No creo en ellos. Durante un tiempo creí que sí existían, como muchos principiantes en la Psicología. Que sólo el análisis profundo y el trabajo arduo podía sacar a alguien de un "trauma". Hoy estoy convencido de que las cosas no son así.



Los humanos tenemos la excelente  capacidad de vivir en cualquier época en que decidamos. Así, el viaje en el tiempo solamente se puede hacer en la mente. Podemos vivir en un futuro inexistente, o viajar al pasado y quedarnos ahí. Sin embargo, el presente es el mejor y el más sano tiempo para vivir. No todos podemos concentrarnos en vivir en el presente, pero puede hacerse.


La persona "traumada" es una persona que ha decidido quedarse con un pie en el pasado y otro en el presente. Está a un paso de sanar. El psicólogo nada más debe ayudarle a dar ese paso, ayudarle a darse cuenta de que puede hacerlo. Convencerlo de que tiene el poder, la capacidad, la fuerza de darlo, por su bien. Muchas personas en el mundo pueden dar ese paso sin ayuda, sin siquiera imaginar que existe la posibilidad de quedarse con un pie atrás. Por eso los traumas no existen, porque lo normal debería ser caminar por la vida teniendo siempre los dos pies en el presente. Dejar parte de uno atrás, o traer parte del pasado siempre con uno, ha sido invento de románticos, religiosos y otras personas que luego lo han establecido poco a poco en las sociedades y culturas, resultando en que cada vez más personas se convencieron de que eso era normal y lo practicaron así.


Es debido a eso que muchas personas hoy todavía creen que nadie será como el primer amor, o que no puede llegar a ser un adulto normal aquél al que violaron, que nunca estará equilibrado un hijo no deseado, que nunca se superará la muerte de los padres (sobre todo mientras más joven se era cuando eso sucedió), etcétera.


Aquí y ahora, en contra de cualquier pensamiento, esas dos cosas son las únicas con las que verdaderamente contamos. Y debemos vivir ahí. Se puede, pero los pensamientos se deben liberar.


21 de marzo de 2010

Esparcir la Enfermedad

Es bastante lógico si uno se pone a pensar en el asunto, pero al mismo tiempo es bastante molesto darse cuenta de que las personas que padecen de ciertas "neurosis" o defectos de pensamiento, no sólo son molestos para las otras personas, sino que también quieren esparcir sus neurosis y que los demás las padezcan.


Las personas sumamente desordenas quieren influenciar en otros para provocar desorden. Quienes son celosos siembran los celos en los otros con pensamientos de desconfianza y sus "consejos". Quienes desconfían de los demás tratan de enseñarle al prójimo a desconfiar, que la desconfianza es lo mejor. Aquéllos que siempre hacen su menor esfuerzo tratan de lograr que los demás se comporten igual. Los violentos, los amargados, los irresponsables, los impuntuales, los holgazanes... No sólo viven una vida inútil, sino que intentan inutilizar a quienes les rodean, esparciendo ese virus que no deja que la Humanidad avance.


Y resulta que deberían ser las personas responsables, puntuales, maduras, que se esfuercen en hacer bien su trabajo, quienes deberían de ser mayoría e influenciar a los demás. Pero es más fácil (según la cultura y la opinión popular) ceder a los impulsos negativos, y no quienes intentar hacer lo mejor posible y ser lo más que puedan ser.


Entonces, ¿qué tipo de enfermedad tienes y cómo la llevas hacia los demás con tus acciones? O, quizá, ¿qué enfermedad tienes y qué hacer para "curarte" de ella? Deberías pensarlo...


19 de marzo de 2010

¿Y si fuera ella?

Sí, para los que lo han pensado, estoy haciendo referencia a la canción de Alejandro Sanz. Pero, de todos modos creo que el título dice bastante.



No sé, me da la impresión de que en nuestra cultura todavía se pinta a los hombres como que no les importan las relaciones de pareja, que para nosotros no es más que un intercambio de fluidos, que es algo pasajero, que olvidamos en cuanto damos la espalda. Y a pesar de que, en efecto, existen muchos hombres que tratan de comportarse como si tal cosa fuera real (para no dejar de "parecer hombres"), muchos de nosotros nos hemos encontrado inseguros, preguntándonos precisamente: ¿y si fuera ella?


¿Qué pasa si la mujer que perdimos por una nimiedad era la que nos convenía? Si ella nos hacía feliz y con ella la pasábamos bien, ¿no será que nos equivocamos? ¿Acaso no volveré a ser feliz después de alejarme de la única persona que podía completarme de verdad?


La respuesta es sencilla y, quizá, brutal. No hay pareja perfecta. En realidad hay muchas personas en el mundo que nos pueden hacer felices. Es cierto, unas más y otras menos. Algunas ni siquiera deberían involucrarse con nosotros, pero la vida es así. El mundo está lleno de posibilidades y no dependemos de la suerte, sino de nuestro buen juicio a la hora de tomar nuestras decisiones. Quitaros la ansiedad y la idea tonta (problema imaginario) de que existe una y SÓLO UNA persona ideal para nosotros y que nos hará feliz.


¿Y si fuera ella? Pues ni modo, la perdimos tontamente y hay que seguir adelante.


17 de marzo de 2010

Problemas Imaginarios 3

El maldito problema de la diversión.



Recuerdo que alguien dijo una vez, no sé exactamente quién, que uno siempre TRATA de portarse bien, pero en cambio portarse mal es increíblemente fácil. Vivimos en un mundo donde las personas creen que la naturaleza nos hace malos, nos hace desear el mal. Para nosotros, lo natural es portarse mal, "hacer travesuras", ser infiel, robar, ser sádico y cosas por el estilo.


Entonces, la diversión es hacer cosas malas. Es aburrido leer un libro, pero es divertido quebrar las ventanas de una casa ajena. Y por supuesto que eso es puramente subjetivo, lo sé, pero lo que nos venden por todos lados es la idea que que hacer cosas malas, prohibidas, es divertido. Y que lo "bueno" es aburrido. Pero es una idea implantada por la cultura y la tradición, y debería ser cambiada.


Es divertido ingerir bebidas alcohólicas y matarse poco a poco. Fumar es parte de la diversión. Conducir a altas velocidades estando ebrios. ¿Acaso esas cosas no van en contra de la lógica? ¿Qué hace que una persona tenga relaciones sexuales y se arriesgue a contraer una enfermedad que lo va a matar? No es lógico, pero la cultura nos vende comerciales donde sale un grupo de jóvenes guapos y bien formados, chicas hermosas con trajes de baño pequeños, donde lo más divertido del mundo es "compartir" bebiendo una buena cerveza. ¿Qué es eso?


Hay muchas cosas divertidas que se pueden hacer sin necesidad de dañar nuestro propio cuerpo, cosas donde nuestra mente puede desarrollarse y ser mejor en lugar de morir poco a poco. Debemos dejar atrás la idea completamente falsa de que "lo malo" es divertido.


15 de marzo de 2010

De Noche Para Siempre (XC)

En el año 2,001 dejé de estudiar con mis compañeras de los primeros años. Me había atrasado un año y era evidente que conocería a nuevas compañeras. Así fue como conocí a Mónica. Era corta de estatura, extrovertida con los hombres (quizá debiera decir mejor, seductora), y sus senos eran grandes, debo decir. Y lo debo decir porque eso fue lo que me sedujo más de ella.



Nos hicimos amigos y luego nos comenzamos a involucrar. En esa época quizá creí que sentimentalmente, pero en realidad fue algo nada más de naturaleza sexual. A la fecha quizá ella piense que hubo verdaderos sentimientos entre nosotros, pero supongo que no fue así. Éramos amigos, no lo negaré, pero nuestros juegos sexuales no llevaban ningún sentimiento. Años más tarde, cuando nos encontramos de nuevo y ella quería seguir jugando pero yo no, me vi en un espejo cínico y me di cuenta de que yo había cambiado. Y me sentí bien por eso. Ella pretendía que nuestra relación fuera la misma, pero para mí las cosas habían cambiado.


Lo siento mucho por ella y por mí; estoy revelando secretos que quizá no debería. Pero mi autobiografía es más bien catártica que anecdótica. Nos acostamos una sola vez, y fue más decepcionante que placentero. Descubrí precisamente que no había sentimiento, ni siquiera deseo. Parecía que para ella era como un experimento de lo que ella podía provocar en un hombre, aunque a ella no le provocase nada. No provocó nada en mí, y yo no podía tener relaciones con un maniquí. Fue como un desperdicio de tiempo. No sentíamos nada el uno por el otro, y yo no puedo tener relaciones con alguien que simplemente está ahí, esperando algo físico.


Seguimos siendo amigos, seguimos jugando a darnos un beso o tocarnos de vez en cuando, pero nada más. Otro error en mi vida provocado por el sexo. Debe ser risible, debería serlo. Hasta cierto punto lo es, pero sé que no he encontrado aún la redención adecuada. El sexo no basta.


12 de marzo de 2010

La Conciencia Limpia

Hoy escuché en una radio guatemalteca algo que me indignó sumamente. Hoy me demostraron que muchas personas todavía piensan de una manera tan retrógrada que impide el avance de la sociedad. Quizá lo pueda incluir dentro de los problemas imaginarios, un asunto como este merecerá otro post.



El asunto es que estaban hablando acerca de las personas que piden limosnas o "contribuciones", pero que en realidad estafan a las personas. Decían que cuando uno les da dinero, "uno cumple", "Dios se dan cuenta de gesto", y no importa lo que la persona haga después con ese dinero, sean cosas buenas o malas. No puedo estar más en desacuerdo. Si lo vemos desde el punto de vista de lo que "Dios quiere", ¿acaso lo que Dios quiere no es que AYUDEMOS a los demás, más que tener la "conciencia limpia"? Es indignante que haya personas que piensen de ese modo.


Pienso que es cierto, cuando dan dinero, las personas lo único que solucionan es la limpieza de su conciencia. Pero es uno de los actos más egoístas que se pueden realizar. Pretender que se ayuda a los demás arrojándoles una moneda. Es algo totalmente ridículo. El niño no necesita el pescado, sino que le enseñen a pescar. Las personas necesitan empleos, educación, y no una moneda que limpie nuestra triste conciencia. Es más fácil deshacerse de un poco de dinero que trabajar para que las personas tengan acceso a la educación, para que puedan trabajar por sí mismos. No es fácil hacer cambios en la sociedad, pero ese el el valor del cambio, del verdadero altruismo.


Es vergonzoso y completamente indignante que una persona cree que está "cunpliendo" con la sociedad e incluso con Dios jugando a dar limosnas. Acabemos con esto por favor, ayudemos de verdad.


11 de marzo de 2010

No Tengo las Estadísticas

No tengo las estadísticas, pero creo que es la mayoría de las personas las que están enfermas, y no la minoría. Quizá es solamente por los círculos en los cuales me desenvuelvo, puesto que padezco de Esclerosis Múltiple y constantemente voy al hospital y me relaciono aunque no lo quiera con personas enfermas y a veces, muy enfermas. Quizá si fuese deportista y me relacionara mucho con otros deportistas, concluiría que la mayoría de personas actualmente están conscientes de cómo mejorar su salud y hacen un intento por mejorarla.



Sin embargo, en ese caso también escucharía de abuso de sustancias, de accidentes deportivos, lesiones y enfermedades mentales relacionadas con la autoimagen. Así que quizá tenga razón, y los sanos son los que menos existen. Me doy cuenta de que las personas se pueden enfermar de varias cosas, por muchas razones, del cuerpo y la mente. En realidad no es fácil mantenerse sano. Sin embargo, hay una significativa cantidad de personas que lo logran, y es lo que hará que la Humanidad siga avanzando.


Lo que no hará que la Humanidad avance, es que muchas de esas personas que han conseguido mantener una suficiente salud física, la arruinen por cosas más bien psicológicas. Hoy observaba en el hospital a los demás pacientes, y pensaba en cuántas personas arruinan el equilibrio que la naturaleza les ha dado con comida pésima, tabaco, drogas, bebidas alcohólicas, con un estilo de vida vergonzosamente holgazán y se arriesgan sin razón a contraer una enfermedad de transmisión sexual que puede ser incluso mortal. Hoy, si tuviera la oportunidad de recuperar mi salud perdida, no sería un fanático, pero creo que cuidaría mucho de mí.


Homeostasis, por favor. Homeostasis.


6 de marzo de 2010

De Noche Para Siempre (LXXXIX)

Mi vida resultó un poco distinta luego de comenzar a trabajar en el Liceo Profesional de Informática (LPI) y reanudar mis estudios universitarios luego de abandonarlos el año anterior. Estaba trabajando en un colegio muy distinto a lo que había conocido, el uniforme era informal y la chaqueta era bastante original. Tuve, de nuevo, la oportunidad de conocer maestros con más experiencia que yo y que me enseñaron sobre todo a elaborar pruebas escritas con propiedad.


En cuanto a los estudios, únicamente me asigné las clases teóricas, lo cual me dejaba la tarde de los martes totalmente libre, que era la destinada a la clase de práctica, que no estudiaría ese año. Además, el colegio en que trabajaba seguía bastante correctamente las leyes laborales, de modo que al comenzar el año recibí un bono que fue aprobado por el gobierno.


Fue un año extraño. Les dediqué más trabajo a mis estudios, mejoré mis notas y mi motivación para aprender. En mi trabajo considero que también mejoré, aprendí nuevas cosas y mi relación con los alumnos también mejoró; mi carácter como maestro se desarrolló un poco más. Al mismo tiempo, en un cine cercano a mi lugar de trabajo ofertaban a mitad de precio la primer función de cada día, y al tener libre la tarde de los martes, casi siempre iba a ver una nueva película. Durante mucho tiempo así fue. Más responsable en mis estudios y mi trabajo, y también dado a la frivolidad del cine. Vi varias películas, buenas y malas, infantiles de acción y demás. Fue divertido. Hoy en día veo las mismas películas en la televisión y me traen buenos recuerdos.


4 de marzo de 2010

De Noche Para Siempre (LXXXVIII)

El año 2001 fue distinto en varios aspectos, y quizá marcó el comienzo de algo, o el fin de algo. El año anterior yo había abandonado mis estudios universitarios porque sentía que había perdido mi camino, que asistía a clases por costumbre, sin vocación ni esmero.



Yo suponía, desde que dejé los estudios, que al año siguiente los tomaría de nuevo. Pensaba que sólo necesitaba un descanso y tiempo para pensar en qué sería lo mejor para mí. En el año 2,001 no me inscribí en la primera oportunidad, ni la segunda, ni en una tercera. Me di cuenta de que tenía mucho miedo. Miedo de comenzar de nuevo y fracasar, de volver a la misma actitud de antes y tomar mis estudios con indiferencia. Miedo de fallar, de demostrar que no era más que un mediocre con inteligencia.


Creo que fue recién en mayo que me inscribí oficialmente de nuevo en la Universidad. Sin embargo, no pude inscribirme en la práctica supervisada, y no porque no pudiera. Me justifiqué a mí mismo pensando que era una estrategia porque llevaba muchas clases y no quería que me sucediera lo mismo que el año anterior. Llevé nada más las clases teóricas y eludí la práctica. En realidad creo que me aterraba, pues el año anterior había sido en lo que más había fallado a mi parecer. Así que comencé mis estudios teóricos, con la idea de que me empeñaría más en hacer las cosas con vocación y consciente de que quería lograr algo profesionalmente. Afortunadamente sí pude hacerlo, y ese año marcó una diferencia notable entre las notas que había logrado los años anteriores y las nuevas, que reflejaban un poco mejor lo que realmente podía lograr.


2 de marzo de 2010

Lo Importante es que Tú estés Bien

No sé si ya lo había contado, quizá sí lo hice porque es importante para mí. He descubierto que en la vida no sólo las personas constantes te brindan las experiencias más importantes, sino que muchas veces puede ser alguien que viste sólo una vez. Alguien temporal que te dio un regalo que tendrá importancia para toda tu vida. Puedo decir que me ocurrió al menos dos veces.



Una de ellas fue una amiga que conocí hace unos siete años o más. Tuvimos algo de contacto y nos comunicamos bastante hace unos cinco años. Yo tenía una relación y ella también, ambos éramos amigos y la verdad es que funcionamos bastante bien. En una ocasión yo peleaba con mi novia y la llamé. Estaba molesto y frustrado, le dije que no quería hablar del asunto. Ella me dijo que no importaba y me dijo que "lo importante es que tú estés bien".


Fue magia para mí. Encontrar que una persona no estuviera realmente buscando partido, sino nada más mi bienestar, gratuito. Que no tuviera el morbo de saber qué pasó, cómo pasó, quién le dijo qué a quién, sino simplemente ayudar a que yo estuviera mejor. Se me derritió el corazón y ya no tuve más ganas de estar enojado. Supongo que esa es la base del verdadero amor. Ser incondicional y desinteresado. Que no te importen los líos, sino las soluciones. Que precisamente, lo más importante es que el otro esté bien.


Lástima, la amistad no perduró pero sé que me encantaría verla de nuevo y saber de ella. Saber que los problemas que tenía con su novio se solucionaron o que dejó de tener un novio que le hiciese tanto daño. Era triste, pero las personas de buen corazón comúnmente toman decisiones lamentables que les hacen mucho daño. Que estés bien, A.


1 de marzo de 2010

Otra hospitalización

Para quienes no lo sabían porque no son tan cercanos, la semana pasada estuve hospitalizado. Ya es sabido que padezco esclerosis múltiple. Mi enfermedad tiene brotes cada cierto tiempo, que son recaídas que merecen tratamiento y hospitalización, y recién tuve una. Eso me impidió escribir durante unos días, pero he vuelto, y espero regresar en parte a la rutina y en parte a los nuevos proyectos que he ido concibiendo en la paz del hospital.




Bueno, la paz es relativa. Pero las reflexiones han sido ciertas. Hoy todavía no puedo pensar muy concentradamente, así que este post termina aquí.