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30 de julio de 2008
Todo Mundo lo Hace
28 de julio de 2008
Hedgehog's Dilemma
26 de julio de 2008
¿Qué Estaré Pagando?
24 de julio de 2008
No Soporto tu Regla
21 de julio de 2008
Nuestra Mocosita
20 de julio de 2008
地獄少女 - Hell Girl
18 de julio de 2008
Lo Prohibido
por ese laberinto conocido de la vida cotidiana
en que te he perdido tantas veces.
Y sabía que tenía que encontrarte,
porque me estabas esperando,
porque tenías ganas de amarme,
porque tenía ganas de amarte.
Afortunadamente te encontré
y al instante estabas desnuda
completa, mía, escondida en el disfraz de tu piel.
Y comenzamos a amarnos,
me complacías, te divertías,
me disfrutabas, me hacías sentir bienvenido.
Sentía todo mi cuerpo al sentir todo tu cuerpo
y no había duda alguna de que estabas ahí,
de que eras mía, de tu piel suave,
de tu calor, de tu felicidad.
Todo era placer y cuerpo y fantasía hecha realidad
hasta que llegó mi madre. Me tuve que esconder.
Pero sabía que no la engañaba, salí al descubierto,
y me desperté…
Entonces me pregunté, ¿qué hacía mi madre en ese sueño?
Y decidí que tenía que escribir acerca de lo prohibido.
17 de julio de 2008
Te lo Prohibo
14 de julio de 2008
La Piedra Azul (3a parte)
* * *
Pero hasta más tarde recordé y pensé: “¿se habrá muerto el hombre que casi me atropelló?”
12 de julio de 2008
La Piedra Azul (2a parte)
.
Mi brazo ha seguido mejor, me duele menos y ahora lo que tengo que soportar es la picazón que me atormenta de vez en cuando, Pero lo único que tengo que hacer es pedirle a mi piedra mágica que me quite las molestias y todo bien. Es curioso, no funciona cuando sólo cierro los ojos y me concentro en que ya no quiero que me pique el brazo, sino que sólo funciona cuando se lo pido a la piedra. Es como si se hubiera convertido en un objeto especial para mí, como si de verdad creyera en la magia de la piedra y por eso mi mente sólo funcionara cuando le pido un deseo a ella. Como cuando alguien le pide a un santo conseguir empleo, y casualmente lo consigue, y luego la persona cree que fue obra del santo.
Por supuesto que a nadie le cuento de esto, porque todo mundo se va a reír de mí. El otro día le comentaba a mis amigos que la fuente que está en medio del patio del colegio es bonita, que me parece que la construyeron con bastante cariño, que le pusieron esmero, y ellos se me quedaron viendo con una expresión de “después nos vas a salir con que leamos y les leamos poemas a nuestras novias”. Así que mejor dejo esas cosas para mí mismo, no sé si ellos son los que no me comprenden o soy yo el que es más maduro que ellos. Creo que son las dos cosas al mismo tiempo. Si les digo que tengo una “piedra mágica” que me quita las molestias del brazo les daré motivos para que se burlen de mí hasta que se mueran. O hasta que yo me muera, lo que pase primero.
10 de julio de 2008
La Piedra Azul (1a parte)
Hoy tuve un accidente. Me atropelló un automóvil en una calle cerca de mi casa, y es que soy un tonto… Iba caminando, pensando en mis asuntos, molesto con mi mamá otra vez, deseando que todo el mundo se muriera. Menos yo, por supuesto, porque leí en una revista hace como cinco meses, que cuando uno piensa esas cosas se hace daño de verdad, por el inconsciente y todo eso. Así que iba pensando en la forma en que me gustaría que murieran algunas de las personas que odio, cuando me atropelló un tipo. No fue tan fuerte, sino no lo estaría contando, fue más un golpe contra el costado del auto, pero igual caí al suelo y me quebré un brazo. Alguien más a quien odiar. Al dueño del automóvil gris que casi me pasó por encima.
Ya sé, se supone que ni siquiera debería de enfrentar los problemas huyendo, enojándome, pero tengo 17 y no puedo, por más que lo intente. NO PUEDO. Soy malhumorado, callado, malencarado, a veces no me dan ganas de hacer nada y de todos modos NO IMPORTA, porque NADA importa. Así que me tuve que aguantar la ida al hospital, la cara del médico y todo lo demás. Ni siquiera tuve la dicha de quebrarme el brazo con el que escribo, así estaría descansando más, pero tendría más ideas tontas dándome vueltas en la cabeza.
Nada interesante, sólo unas cuantas horas perdidas, atenciones de más en la casa, helado de consuelo. Hasta el momento en que la encontré. Iba de nuevo por la calle, esta otra vez sin enojo y con cuidado. Vi esa piedra azul transparente (¿?), me gustó y la recogí. Fui a traer lo que me mandaron a comprar, y regresé con mi pequeño tesoro de niño en la bolsa. No sé por qué me gustó tanto. El color, la forma, no sé. Yo ya no hago cosas de niño… casi nunca. Me imaginé que podría ser mágica, porque una piedra tan bonita no podría ser normal, así que cerré los ojos y le susurré un deseo: “deseo que se muera el idiota que casi me atropelló”. Me sentí bien, porque me imaginé que se moría el tipo. De una enfermedad, de un ataque, de algo rápido, que lo mataban, que lo atropellaban… Fue bonito pensar por un momento que la magia existía y que la podía usar en mi beneficio.